Nueve de los 13 senadores del PRI fueron suficientes para que el Senado de la Republica avalara la reforma militar que mantendrá al Ejército en las calles hasta 2028.

Finalmente fructificó el intenso cabildeo del presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal y la mayoría de los senadores del PRI se alinearon con la mayoría morenista con lo que prácticamente quedaría aniquilada la alianza “Va por México”.

El debate en el Pleno fue intenso, pero finalmente los senadores del PRI se doblegaron y dieron el sí a una iniciativa para la que incluso ya existía un plan B, de mantener al Ejército fuera de sus cuarteles a como diera lugar.

Sabían que el Ejército no es bien visto por el pueblo desde que se suscitó la masacre de Ayotzinapa en septiembre de 2014 y que difícilmente prosperaría en los hechos una consulta popular, que era el plan B que el gobierno había preparado.

En la sesión hubo de todo, llovieron insultos y hasta conatos de bronca, pero al final los morenistas se salieron con la suya, le cumplieron al Presidente lo demás ya es historia.