Por BLAS A. BUENDÍA

El entreguismo transformado en el delito supremo de Traición a la Patria; un Presidente que sin importarle la Constitución que es la ley de leyes, incurre en la completa degradación social; y lo peor, para el tristemente célebre líder de la 4T, a lo largo de sus cuatro años de gobierno ni ha mostrado ni un céntimo de amor que debería profesar por México.

Su reacia voluntad es tan epicúrea que todos los actores políticos que lo rodean, se quedan impávidos de observar que para el Ciudadano Presidente, “no existe ni la Constitución”.

Menos, acusan sus detractores insertados en el ostentoso aparato legislativo de México y en lo que todavía es el Poder Judicial federal independiente, “ni la justicia quiere respetar”, tan solo por su tendencia locuaz que ha señalado, una y otra vez, “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.

Por sus actos, lo convierten en un histriónico y asquerosamente desecho de la política mexicana aplicada en el fenómeno de la kakistocracia, que la propia historia lo enviará al basurero de los malos recuerdos, dejando una deuda interna y externa, en el abismo de la bancarrota a todo el país.

Al Presidente, por igual, no tiene un grado de dignidad; su incongruencia lo gobierna a través de un lóbrego cerebro que su “decencia” lo transforma en un astuto anti diplomático.

Trillones de líneas ágatas se han plasmado desde mucho años, incluso, se acentuaron durante sus primeros cuatro años de ser un mal y pésimo Presidente de México, un país que está lleno de riquezas, toda vez que sexenio tras sexenio, no ha habido un presidente que haya dejado el poder en circunstancias de extrema pobreza, pero eso sí, huyen como forajidos, con bolsones de dinero mal habido.

EL PUEBLO SABIO AUN VIVE EN LA POBREZA

Su populismo lo transfigura como un dictador que, en su ego, tal vez, no lo tenía contemplado porque nunca pensó en llegar a acumular tanto poder.

Han pasado los años, y ese pueblo sabio que sigue viviendo en la vil pobreza, lo odiará por siempre, un pueblo noble pero notablemente estúpido porque aún cree en los Reyes Magos y en Santa Claus, para ser odiado por el mismo pueblo que lo llevó a la cumbre del poder.

No hay Presidente tan sui géneris como él, que lo es todo; no acepta observaciones y la auto crítica no le corresponde corregir su camino para llevar a buen puerto a millones de mexicanos que siguen debatiéndose entre las líneas de la vida versus líneas de la muerte.

Sus pensamientos, según cree el Presidente omnipotente, son únicos y auténticos, sin dar cuenta el calado del malestar popular, lo ha provocado por sus decisiones garrafales en contra de la sociedad.

MANIPULADOR DE MASAS

Bien sabe el Presidente que sus exabruptos forman parte de sus caprichos por mantenerse como el hombre que manipula las masas, enteramente moldeada a su condición, dibujada con la escobilla de sus desfigures histriónicas y fobias personales, para justificar sus acciones con clara tendencia al castrismo que solo concebía una sola manera de pensar y de gobernar: la del tirano Fidel Castro, sin dejar actuar a la oposición o a la disidencia por mínima que ésta fuera.

Tal es el caso de la visita de Miguel Díaz-Canel a México, quien ha mostrado su músculo de represor en contra del pueblo cubano tras las pacíficas protestas legítimas que se armaron en la isla, y que los conllevó a sufrir en cárcel, a los ahora más de mil presos políticos.

Sobre este caso, indebidamente el Ejecutivo mexicano entregó la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca, en Grado de Collar, al “Excelentísimo Señor Miguel Díaz-Canel Bermúdez”, líder del régimen de Cuba, sellando así la relación entre ambos mandatarios, luego que su homólogo entregó en mayo de 2022 una distinción similar al tabasqueño, durante su visita a la isla caribeña.

Para no variar, López Obrador, de refilón, pidió al gobierno de Joe Biden que levante el bloque comercial a Cuba, pero será imposible porque Estados Unidos no comulga con los gobiernos convertidos en comunistas y narco-terroristas.

Asociado a lo anterior, agentes políticos sentencian que, de la Dictadura Perfecta priista, México ha incursionado a la dictadura populista de López Obrador, un sujeto que con 14 materias reprobadas cuando fue pésimo estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México, titulándose con bajísimo promedio de 7.72, ahora busca eternizarse como un opresor trasnochado en contra de 127 millones de mexicanos. No hay duda que Obrador asimiló las lecciones de sus grandes maestros de la opresión, Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz.

Frente a este panorama, solo de pensar que las próximas generaciones no vivirán bajo el sosiego, sino que sortearán revueltas sociales, al muy estilo comunista, el oclócrata surgido de la kakistocracia del quehacer político de la Nación, mantendrá su carrera de dictador.

EL PRESIDENTE DE LA MUERTE

La ironía es ya inaguantable de seguir tolerando a este Presidente de marras, un pelao que tiene un pasado histórico infausto, porque desde que asesinó, accidentalmente o no, a su hermano José Ramón —a quien le sorrajó un plomazo en la cabeza—, goza de matar a la gente. Paradójicamente, presume su Cartilla Moral, que, en la praxis, es un folleto y/o pasquín inmoral. 

¡Qué mejor ejemplo de lo anterior, que a pesar de ser el Presidente de la República, se convirtió en el Presidente de la Muerte en América Latina, durante la época de la pandemia del COVID-19, ya que no auxilió a los miles de compatriotas que urgentemente necesitaban asistencia, y que en un plan de omisión y arrogancia, los hizo a un lado, incrementándose el número de fallecidos, donde Andrés Manuel López Obrador se transformara como un genocida!

Ya ni llorar es bueno…

La fábula de las redes sociales…

Estaba Vladimir Putin hablando con Dios y le pregunta:

—“¿Cómo estará Rusia dentro de 10 años?”

Dios le contesta: 

—»Estará todo destruido por las bombas enviadas por los Estados Unidos»

Putin se sentó… y lloró.

Estaba Joe Biden hablando con Dios y le pregunta:

—“¿Cómo estará América dentro de 10 años?”

Dios le contesta:

—»Estará totalmente contaminada por las bombas químicas enviadas por Rusia

Biden  se sentó… y lloró.

Estaba Andrés Manuel hablando con Dios y le pregunta:

—“Dios, ¿cómo estará México dentro de 10 años si soy reelegido como presidente»?”

Entonces Dios… se sentó y lloró.  

Si no mandas este mensaje por lo menos a 127,000,000 de mexicanos,  Andrés Manuel pudiera ser  reelegido como presidente… así que mándaselo a todos los que puedas… o no  llores después. Yo por si acaso…. Es la primera vez que no rompo una cadena.

Incluso, en otro estrujante pensamiento liberal, al que hace alusión al famoso Peje con su “…es que…”, también reza: “¡Desde que se inventaron los pretextos, se acabaron los pendejos”! Ese es el sentir de un pueblo que exige cuentas, no evasivas que recaen en la maña de calificados delincuentes.

En pocas palabras, Andrés Manuel López Obrador, seguirá siendo el títere del nuevo orden mundial, así como del radicalismo dictatorial en América Latina, promovido desde el detestable Foro de Sao Paulo, integrado por el disparatado fenómeno del comunismo.

Ya ni llorar es bueno…