De acuerdo con un nuevo informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran 2,6 millones de defunciones atribuibles al consumo de alcohol (que abarcan un 4,7% del total de muertes) y 0,6 millones de defunciones debido al consumo de sustancias psicoactivas. Un dato que cabe señalar con respecto a estas cifras es que dos millones y 0,4 millones de defunciones por el consumo de alcohol y de sustancias psicoactivas, respectivamente, fueron de varones.
En un informe sobe la situación mundial del alchol, la salud y el tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias que se basa en datos obtenidos en 2019, la OMS ofrece información actualizada y exhaustiva sobre las repercusiones del consumo de bebidas alcohólicas y drogas en la salud pública y sobre la situación del consumo de alcohol y del tratamiento de los trastornos por el consumo de sustancias en todo el mundo. Según el informe, unos 400 millones de personas padecían trastornos por consumo de alcohol, de ellos, 209 millones eran dependientes del alcohol.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha dicho: «El consumo de sustancias daña gravemente la salud, aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas y trastornos mentales, y provoca cada año millones de muertes que se podrían evitar. Es una tragedia para las familias y las sociedades y aumenta la probabilidad que se produzcan accidentes, traumatismos y actos de violencia. Para que nuestras sociedades sean más equitativas y saludables, debemos poner en práctica con urgencia medidas enérgicas que reduzcan las consecuencias negativas para la salud y la sociedad del consumo de alcohol y que pongan a disposición de las personas los tratamientos de los trastornos por consumo de sustancias de forma más económica y directa».
En el citado informe se insiste también en la necesidad urgente de impulsar medidas en todo el mundo que ayuden a alcanzar la meta 3.5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aquí a 2030, merced a la reducción del consumo de alcohol y de drogas y a la mejora del acceso a tratamientos de calidad para los trastornos por consumo de sustancias.