El Instituto Nacional Electoral (INE) se prepara para organizar las elecciones más concurridas y complicadas de la historia de México, en las que se estima habrán de participar 98 millones de mexicanos, de los cuales 47 millones pertenecen a la clase media, la más golpeada por la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que representan 17 millones de sufragios más en contra, que los 30 millones de votos obtenidos por el mandatario tabasqueño en 2018 y los obtenidos por el Partido Morena para renovar el Congreso de la Unión.

Esta clase media de 47 millones de aspiracionistas, seguramente habrá de ejercer un voto de castigo al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) lo que probablemente termine por romper los sueños absolutistas de la mal llamada Cuarta Transformación de la República, pero que tampoco encumbrará de nuevo al Partido Revolucionario Institucional (PRI ) sino tal vez a las nuevas caras de Acción Nacional (PAN) y a Movimiento Ciudadano, todo depende de las ofertas políticas que le sean presentadas, porque la ciudadanía lo que hoy busca son nuevas opciones y no las de los explotadores y mentirosos de siempre.

Por lo pronto este jueves se instaló la Comisión Temporal de Presupuesto 2024 del Instituto, cuya misión primordial será la elaboración de un anteproyecto que permita contar con los recursos para la organización del Proceso Electoral Federal 2023-2024, el más grande en la historia comicial de México.

El presupuesto que se trabajará durante los siguientes meses tiene la encomienda de atender un proceso electoral concurrente, en el que se habrá de elegir al próximo presidente de la República, así como 128 senadurías y 500 diputaciones, ocho titulares de gubernaturas y al jefe o jefa de gobierno de la Ciudad de México, los que en conjunto suman 20 mil cargos federales, estatales y municipales.

El día de la elección, se instalarán 170 mil casillas electorales, en muchas de las cuales habrá urnas electrónicas que ya se han utilizado con éxito en algunos comicios locales.

A este respecto la consejera Carla Humprey Jordán, señaló en el acto de instalación de dicha Comisión,  que el presupuesto se ejercerá en acatamiento a la responsabilidad hacendaria, la austeridad republicana y a un entorno libre de corrupción, lo que hace al lector y a quien esto escribe recordar inconscientemente la narrativa del actual presidente de la República, que los hechos han desmentido con cruel saña, como si de pronto el INE se comenzara a teñir de guinda, como si la consejera presidenta Guadalupe Taddei Zavala, fuera el caballo de troya que los consejeros temían.

No quisiéramos ser mal pensados, pero si algo tiene el INE es una alta reputación, y se constató con los millones de mexicanos que marcharon en su defensa el pasado 13 de noviembre, confianza absoluta del pueblo en esa institución, que de ningún modo se debe perder por más que las apariencias tiendan a cambiar de color la realidad circundante.