Desde hace años. En la República Federativa del Brasil se vive una intensa lucha entre la izquierda y la derecha, que hizo crisis con el encarcelamiento de Luiz Inacio Lula Da Silva, quien en enero regresará al poder tras haber derrotado al derechista Jair Bolsonaro en la segunda vuelta de los comicios brasileños con el 50.9% de los sufragios ejercidos.
Lula, quien estuvo en prisión 580 días, fue liberado en noviembre de 2019 cuando la justicia brasileña anuló las condenas que se le habían impuesto y ahora el que podría ir a la cárcel sería Bolsonaro, pues una comisión del Senado brasileño público un extenso documento con las conclusiones de su investigación sobre los posibles delitos cometidos por el gobierno de Bolsonaro.
Lo acusan de crímenes contra la humanidad por su deficiente manejo de la Pandemia, lo que agravó la incidencia de COVID 19 en ese país; epidemia con resultados de muerte, charlatanería médica e incitación al delito y de cuatro crímenes más, cargos que también se hicieron extensivos a cuatro de sus ministros y a otras 61 personas.
Sin embargo, el virtual Presidente Electo no ha comentado nada al respecto, simplemente se limitó a decir que el único ganador de las elecciones es el pueblo brasileño.
A pesar de que el tribunal electoral brasileño declaró que la victoria de Lula da Silva ya es matemática Bolsonaro no ha querido reconocer su derrota, pero con todo y eso Lula asumirá el poder el 1 de enero de 2023 y los brasileños no dudan en que Bolsonaro trate de hacerle la vida imposible a Lula en los meses que faltan, por lo que no esperan una tersa transición.
En México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue de los primeros en comentar la victoria del brasileño cuando dijo que con el triunfo de Lula habrá igualdad y humanismo.