La guerra de Rusia contra Ucrania ha escalado a niveles que han ido más allá de lo razonable, cuando presionado por los Estados Unidos y sus países aliados, el presidente soviético Vladimir Putin, ha advertido que si Ucrania insiste en lanzar ataques con misiles gringos, no vacilará en responder a las agresiones con su poder nuclear, lo que ha puesto a los ucranianos en estado de muy alta tensión y en un manojo de nervios, y luego de que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, ordenara el lanzamiento de un misil de la serie Atac MS sobre territorio ruso, el ejército rojo respondió a la agresión con el lanzamiento de un misil hipersónico de nueva generación que puso a temblar a los ucranianios, y a los Estados Unidos los ha puesto a meditar en las consecuencias de sus acciones en el andamiaje de un nuevo juego de guerra del presidente ruso, sólo que con misiles que podrían destruir al mundo y a la especie humana.
Tras el ataque, en un mensaje por televisión, el presidente de Rusia justificó la incursión al afirmar que lo que ocurrió fue una acción de legítima defensa de Rusia, si bien el cohete llevaba una carga de explosivos convencionales, que sin embargo hicieron ver pequeños e inútilies a los misiles Atac MS, suministrados a Ucrancia por los Estados Unidos, frente a los misiles hipersónicos que Rusia exhibió ante los cuales nada pudo hacer el sistema de defensa antiaériea de Ucrania, que ha entrado a su segundo año de conflicto con Rusia.
El artefacto lanzado desde el territorio de Astracán, hizo que miles de ucranianos buscaran refugio en los túneles del Metro y que el pavor se apoderara de gran parte de la población, incursión que el presidente ucraniano califció como un enloquecido experimento de guerra del mandatario ruso, y aunque hasta el momento no se sabe si el misil lanzado contra Kiev causó daños graves a la infraestructura tecnológica de Ucrania, lo cierto es que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dejará la presidencia con una gran papa caliente que tendrá que tomar en sus manos su sucesor, el magnate Donald Trump.
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