Por BLAS A. BUENDÍA
Nuestra Suprema Ley ha tenido que recorrer un largo trecho para proveer justicia digna y decente. Ese camino dio inicio en la época del neoliberalismo y hoy en la Cuarta Transformación de la Nación continúa con ese andar. Largo como el infinito. El anhelo de los mexicanos de obtener una justicia eficaz nació con la promulgación de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Estableció lo anterior la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., para urgir al actual gobierno —emanado de una recalcitrante izquierda—, respete a cabalidad la legalidad, toda vez que “la ley es la ley”, y no puede haber agente poderoso que pretenda atentar contra esta tesis que le ha dado sustento de seguridad a toda la Nación.
Destaca que México lleva y conserva en esta época política las ansias de justicia, honestidad, seguridad y libertad consagradas en el Pacto Federal. En esas caminatas, calvarios y desdenes mantiene siempre latente el deseo de ser amo y dueño de su propio destino. Y la lucha para obtener esa justicia perdida por la narco-política del neoliberalismo es tan férrea como al principio.
Frente a este tipo de vicisitudes, las togas de toda la República pugnan por encontrarla, desde jueces hasta fiscales decentes, desde litigantes hasta magistrados intachables, desde la dignidad que se enfrenta a la indignidad por la omisión de la autoridad para suministrar justicia.
Pero la sociedad en su conjunto constantemente se hace la pregunta: “¿Cuál es el misterio de no respetar la ley en un país gobernado por la kakistocracia?”, la respuesta es sencilla:
“La cultura de respeto a la ley, tanto por gobernantes como por gobernados, no debe actualizarse cuando uno asume el poder y cuando otro llega a la mayoría de edad; el respeto a la ley o a la legalidad en su acepción más profunda se adquiere a través de la educación y se fortalece con el ejemplo”.
Y otra vez —alertó la Academia— al igual que en la década del neoliberalismo, nuestra República vive días de zozobra y desquiciamiento moral y gubernamental. Engaños, promesas y cinismo dominan desafortunadamente gran parte de la vida política de nuestro México, cuyos recursos mismos hacen peligrar a nuestra justicia en estas horas de la Cuarta Transformación de la Nación.
“Es por lo anteriormente expuesto de mucha importancia exigir y aplicar estrictamente la letra y espíritu de la Ley Suprema, con el objeto de que se sepa la autenticidad de la narco-política que laceró y lacera a nuestra Patria”, admitió el abogado penalista Alberto Woolrich Ortiz.
Dijo que, en todo el territorio de los Estados Unidos Mexicanos, las cuestiones relativas a lograr una mejor situación para la procuración e impartición de justicia y una mejor eficacia en cuestiones relativas a la seguridad, se han convertido en el reclamo más enérgico y reiterativo de los justiciables.
Los índices delictivos, los casos de impunidad, la indebida interpretación de la ley, la absolución de la delincuencia, los casos de corrupción, las condenas en contra de inocentes, siguen creciendo desproporcionadamente en el marco de la Cuarta Transformación de la Nación, y por desventura, se siguen omitiendo pesquisas en contra de la narco-política.
“México debe de continuar manteniendo el pendón de una lucha férrea en contra de la narco-delincuencia en el entorno de la política, ese combate debe de ser de manera abierta y con la ley en la mano, sólo así se vislumbrará un destino de triunfo para nuestra gran Nación.
“Es cierto…. largo y eterno es el camino hacia la justicia en esta época, pero nuestra Patria recorrerá ese camino hasta el final, sin titubeos o desmayos, sin dudas ni vacilaciones, porque se sabe que es la única vereda que conduce a la dignidad, al decoro y a la justicia misma. ¡Es cuanto!”, puntualizó el jurisconsulto Alberto Woolrich Ortiz, quien es presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México.
Pobre México… Bendito México…
Lo inverosímil de las acciones que ha emprendido el Ejecutivo federal, aterrizan en las pistas de las carcajadas desaforadas cuando ha advertido, una y otra vez, que “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
A simple vista de las circunstancias, solo basta alertar que los 30 millones de mexicanos que votaron a favor de Andrés Manuel López Obrador para encumbrarlo en la Silla Presidencial de Palacio Nacional, hoy deambulan con un cejo fruncido crispado, todos arrepentidos porque el demagogo político tabasqueño les vendió la idea que iba a ser mejor que el presidente Benito Juárez, pero a la vuelta de la esquina de la historia, se dieron un palmo de narices porque el gobierno del llamado Emperador Andrés, se transformó en un chacal, similar a la pobre historia del tirano Victoriano Huerta.
La ley es la ley, de la misma forma en la que usted es Presidente y en que cada día sale el sol. Así de simple es el mundo. Intentar entender la frase del presidente nos llevaría probablemente a tener que tomar un curso de lógica de nivel secundaria, ya que parece alejado de todo rigor conceptual el sostener que una cosa no es lo que es, con la peyorativa frase, “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
¿Qué clase de presidente tiene México ante los ojos del mundo?, que, más aún, parafraseando al dictador Porfirio Díaz Mori —gracias a una frase que le pirateó al intelectual regiomontano Nemesio García Naranjo—, “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.
Hoy día, en ese cuadro de la historia y los momentos cruciales contemporáneos, se avizora que si López Obrador sigue empecinado en romper el eslabón de la “NO Reelección”, negarse a cambiar su estatus ilegal ubicando a México como una república bananera, alejará más a México de Estados Unidos.
Su reciente perspectiva ante una delegación de funcionarios norteamericanos, el famoso Caín de Macuspana cambió el sentido de ese “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, por la de “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, lo que generaría un rompimiento de relaciones diplomáticas si mantiene su proteccionismo a los jefes de las mafias de narcotraficantes que lastimosamente han bañado de sangre a todo México.
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021