La Administración Para el Control de Drogas de los Estados Unidos conocida por sus siglas en inglés como DEA, exigió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) acciones más concretas contra el narcotráfico, especialmente el Fentanilo y la entrega de los cuatro hermanos Guzmán, mejor conocidos como “Los Chapitos” a quienes acusa de inundar con esa sustancia a la Unión Americana.

Esta postura del vecino país del norte, considerada por los expertos en política exterior como un acorralamiento contra el mandatario mexicano, fue calificada por AMLO como una intromisión abusiva y prepotente a los asuntos internos de México, lo que ha puesto a reflexionar seriamente a los líderes de los cárteles mexicanos de la droga, porque ahora el Ejército Mexicano y la Armada, tendrán que cambiar la estrategia de abrazos no balazos, por una de enfrentamiento real ya que los líderes del narcotráfico no se dejarán atrapar fácilmente, como ya lo demostraron con el primer culiacanazo los del Cartel de Sinaloa.

Es una intromisión, subrayó el Presidente AMLO, que no debe aceptarse por ningún motivo, esto al comentar la infiltración de agentes encubiertos de la DEA, en los más altos niveles del Cártel de Sinaloa, y la red de exportadores de Fentanilo, de cuya operación acusan a “Los Chapitos”.

En su conferencia matutina, López Obrador estableció que no puede haber agentes extranjeros en nuestro país, pero el mandatario mexicano no ha querido entender que los norteamericanos actúan así en cualquier país del mundo, y México no es la excepción, además de que México comparte con los Estados Unidos más de tres mil kilómetros de frontera, suficiente para colocar a México en primerísimo lugar en sus estrategias de política exterior.

México es parte del concierto de naciones y lo que aquí sucede repercute en todo el mundo, y siendo el de las drogas un problema global, Estados Unidos tiene con ello un pretexto más que suficiente para pasar de la diplomacia y las palabras duras, a la intervención armada, así sea en forma encubierta, como ocurrió con la infiltración al Cártel de Sinaloa.

El nacionalismo que muestra en el discurso que expresa el Presidente de México en sus conferencias mañaneras suena muy bonito y plantea una soberanía que desde 1847 en la práctica en México no existe, pues los gringos nos tienen prohibido desarrollar tecnología propia de alto nivel en materia de defensa, merced a los Tratados de Bucareli, que fueron ampliados unilateralmente por Estados Unidos desde el año 2000.

Es evidente que los Cárteles mexicanos del narcotráfico no se quedarán quietos y que harán notar la fuerza de su brazo, conforme se aproxime el proceso electoral de 2024 y las agresiones ya comenzaron con el ataque de un comando armado a militantes del Partido Morena, que dejó como saldo un muerto en el puerto de Acapulco, Guerrero el pasado sábado.

El Ejército Mexicano cuenta con armamento de alta tecnología clasificado como confidencial que fue comprado con partidas secretas. Los proyectiles trazadores como los que se muestran en redes sociales en videos con helicópteros blindados Bkack Hawk, son solo un ejemplo de lo que las fuerzas armadas mexicanas pueden hacer y ante las presiones de la DEA, es obvio que el general Luis Crescencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, tendrá que hacer uso de este arsenal, para cumplir con las órdenes de aprehensión que en su caso se pudieran girar, lo que insistimos no es deseable, pero que lamentablemente puede ocurrir.