*Regresamos al nivel que había hace 30 años, señala Gómez Dantés
*Expertos piden devolver rectoría al Consejo de Salubridad General
Por Redacción EV
Ciudad de México.- Para mejorar el sistema de salud actual es necesario poner atención en cinco pilares fundamentales como presupuesto, acceso, abasto, innovación y atención, y todo centrado en la atención al paciente y no en la institución.
Así lo afirmó Octavio Gómez Dantés, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública y autoridades médicas, al participar en el primer Access Day, en el marco de la quinta edición de Medical Expo, que reunió (en Ciudad de México) a expertos en el mercado de dispositivos médicos.
Gómez Dantés comentó que la mejor manera de enfrentar el trauma colectivo que implicó la pandemia de Covid-19 es movilizar a la sociedad para construir no una “nueva” sino una “mejor” normalidad, representada por un sistema de salud universal que garantice el acceso a servicios integrales de alta calidad con protección financiera.
Mencionó que en 2018 había 54 millones de personas afiliadas al Seguro Popular, ocho millones con seguro privado, 42 millones de afiliados y sólo 14 por ciento carecía de acceso regular a servicios de salud.
“La cobertura universal de salud estaba al alcance de la mano; era una cobertura imperfecta, pero estábamos muy cerca de conseguir la totalidad ajustando la reforma 2003, incrementando el gasto público en salud y avanzando hacia la integración del sistema para hacerlo más eficiente. Sin embargo, fue todo lo contrario. Se desmanteló el Seguro Popular, se estancó el gasto público en salud y se consolidó la segmentación/segregación del sistema de salud”, indicó.
Mencionó que la carencia en servicios de salud ha provocado, por ejemplo, que se incrementen las muertes maternas, alcanzando las 1,036 en 2021, cuando la Organización Panamericana de Salud indica que en un país de ingresos medios (como México), la muerte materna es tan absurda como una muerte por frío.
De igual manera, ha existido un descuido en los programas de vacunación. Se ha visto un desplome en la esperanza de vida que estaba en 75 años, mientras que ahora está en 70 años, es decir, el nivel que se tenía hace 30 años en materia de vida, dijo.
Por su parte, Xavier Tello, analista, conferencista y asesor en políticas de salud, comentó que los servicios de salud deben enfocarse en darles a los pacientes lo que necesitan, no lo que necesita el sistema o lo que se requiere para hacer lucir a las instituciones y que, para ello, es necesario pensar primero en cómo financiar las cosas, y hacer que la gente participe más en el financiamiento de su salud.
También señaló la importancia de la participación de la academia en el Sistema de Salud. “Faltan universidades que cuenten con programas de salud y hospitales donde los médicos puedan aprender y hacer investigación”.
En su participación, Éctor Ramírez Barba, médico, salubrista, administrador y servidor público, enfatizó que debemos reconstruir la confianza en las instituciones, pues no es normal que 70 millones de personas paguen su cuota y 20 millones no se inscriban. “Tenemos que regresar a la medición por resultados y a establecer alianzas público-privadas. Porque la ley está muy bien, pero la ejecución está mal”.
Consideró necesario y urgente poner atención en el surtimiento y abasto de medicamentos, desde la programación, producción, compra y acceso efectivo. “Debemos actuar juntos, sociedad y gobiernos para que hagamos un mejor país. Tenemos intelecto, capital humano, hay que evitar que las ideologías no interrumpan en el acceso efectivo para la salud”, enfatizó.
Las conclusiones de los expertos son que se requieren acciones urgentes como corregir el desabasto de medicamentos, mediante el establecimiento de un mecanismo de compra y distribución eficiente y a prueba de corrupción; elevar los niveles de vacunación; lanzar un programa de emergencia para detener y revertir el aumento en la mortalidad materna; revertir los recortes al presupuesto; devolver el papel rector al Consejo de Salubridad General y regresarle la autonomía a la Cofepris.
Opinaron que otro de los retos es la resistencia al cambio, pues se quiere volver a un sistema que existía hace 40 años, pero que hoy ya no es factible; el acceso a la atención médica de calidad, independientemente de su origen, estatus económico o ubicación geográfica.
Coincidieron en que el sistema de salud significa que cada decisión que se tome, cada política que se implemente y cada servicio que se brinde, debe centrarse en las necesidades, deseos y expectativas de los pacientes. No sólo se trata de enfermedades, sino sobre empoderar a las personas para que tomen el control de su salud y bienestar.