*Muchos han optado por regresar a la compra de boletos físicos

Negocio redondo ha resultado para quienes administran el Sistema de Transporte Colectivo en la Ciudad de México (CDMX), el manejo y venta de tarjetas electrónicas de movilidad, pues además de que no hay transparencia en el monto de dinero que entra por recargas, muchos de los lectores de las tarjetas que los usuarios usan para ingresar al Metro se tragan parte del saldo, en perjuicio de los viajeros.

Esta situación la pudo constatar quien esto escribe en las estaciones “Olimpica” y “Plaza Aragón”, de la Línea B; en los accesos de la estación “Santa Anita” de la Línea 4 y en la Estación “Insurgentes” de la Línea 1.

Cuando los usuarios protestan por esta situación, los vigilantes que controlan los accesos simplemente los dejan pasar por el torniquete de los discapacitados, sabedores de que estas anomalías se repiten frecuentemente.

Muchos usuarios del Metro han optado por regresar a la compra de boletos físicos, y evitan usar las tarjetas electrónicas para no ser estafados de este modo, aunque no será por mucho tiempo, ya que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la Doctora Claudia Sheimbaum, tiene el propósito de eliminar el uso de boletos físicos.

Es por eso que los nuevos torniquetes electrónicos que se instalarán en las estaciones remodeladas ya no tendrán cabida para los boletos físicos, cómo ocurrió en la fatídica línea 12, actualmente suspendida por riesgosa, pero que pretenden reabrir en diciembre de 2022.