Por BLAS A. BUENDÍA

La libertina frasecilla externada por el Ejecutivo “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, le ha dado al traste al Estado de Derecho, prestigio del que gozaba México en el plano internacional, por lo que es urgente evitar que la Nación sea doblegada por la perversidad del narco crimen organizado, en una administración ya calificada como “el régimen de la muerte”.

Alertó lo anterior la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México A.C., la cual consideró como “incorrectas las interpretaciones de la ley en la manera de gobernar”.

Si bien es cierto que todos los sectores políticos y sociales del país se han sumado a estar en contra de semejante incongruencia por parte del Ejecutivo federal, hizo votos para que sea el propio Congreso de la Unión y la Suprema Corte de Justicia de la nación, cada quien en la esfera de su competencia, levanten un cerco para que el presidente de la República se vea obligado en respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Detalló que entre los ofrecimientos efectuados por Andrés Manuel López Obrador al juramentar con la mayor solemnidad guardar y hacer guardar los preceptos de nuestra Carta Magna, al momento de protestar el cargo que le confirió el voto popular, existen aún asignaturas pendientes, entre ellas, se encuentra la aplicación exacta de la ley, tal como lo mandata nuestra Gran Carta de las Libertades.

Reprochó que su errada política de “abrazos y besos” a los infractores de la norma, es una gravísima consecuencia, la cual, lejos de haber sido debilitada o derrotada, se ha incrementado y en la actualidad esa manera de gobernanza refiere una franca competencia por la conquista para obtener el sufragio del pueblo.

DELINCUENCIA DE PODER PARTICIPATIVO

La citada Academia, abundó: “El proceso para lograr lo antepuesto ha sido y es desagradable para México. De las promesas para combatir a la narco-política, en el hoy encontramos una delincuencia de poder participativo en lugar de lo que debería ser una sana política partidista, en la que los mexicanos tengamos intervención de manera directa en las decisiones más importantes para la República; debido a esa desacertada política de ‘abrazos y besos se ha pasado a una realidad descarnada, contraria a los principios de la revolución liberal que nos obsequió con nuestra Constitución Política.

´”Es sabido por el Derecho Constitucional que entre el pueblo soberano y sus representantes jamás debería de existir aquel cuerpo delincuencial intermedio. Aunado a ello, nuestros dirigentes y conductores políticos no deberían estar sujetos a mandatos imperativos de esa perversa narco-política.

“Lo que se debe de perseguir constitucionalmente son los intereses particulares y especiales del pueblo y de México, no los intereses generales de esos infractores de la ley. Nuestra Nación no puede ni debe doblegarse con exigencias de ninguna clase provenientes de ese incorrecto poder delincuencial.

“En horas muy recientes lo avizoró correctamente una toga del más alto Tribunal de Justicia de la Nación, por ese motivo fue desprestigiada, ella en su momento expreso: ‘Nunca más se debe de permitir violentar las reglas constitucionales. La corrupción propiciada por la narco-política en nuestros tribunales ha conducido a realidades impensables e incompatibles con la letra y espíritu de nuestra Carta Fundamental’”.

En opinión de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México: algunos representantes políticos de nuestra Patria han sido doblegados por ese poder y como consecuencia de ello se han convertido en cómplices de dicha delincuencia. Con ello, su gobernanza deja de ser una verdadera representación de la soberanía popular para convertirse en un addéndum de la delincuencia.

“¡Es cuánto!”, puntualizó la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México A.C., que encabeza el abogado Alberto Woolrich Ortiz.

TÁCTICAS TERRORISTAS

Frente a todo este esquema, para el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, los narcotraficantes cada día adoptan tácticas terroristas para promover sus fines, infunden terror entre la sociedad que, bajo esa lógica, diversos analistas han asegurado, desde hace más de una década, que México vive una situación de narcoterrorismo.

Lo aterrorizante es, por igual, la patente de corso que, de forma habilidosa, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio manga ancha a la industria de la narco muerte, al citar “a mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”. Es decir, brindó una autorización de facto para que los varones de los estupefacientes, sigan operando en suelo mexicano con toda impunidad.