El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reinició sus ataques contra los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y contra el Instituto Nacional Electoral (INE) acusándolos de poseer miles de millones de pesos en fideicomisos que son del pueblo y que no se sabe con exactitud a cuánto ascienden, usando como estandarte al trabajador de salario mínimo que no gana ni los once dólares por día, el equivalente a una hora de trabajo de lo que percibe por jornada un trabajador de sueldo mínimo, en Los Estados Unidos de América (USA) por sus siglas en inglés.
Acompañado del aspirante presidencial y actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López, López Obrador acusó que los ministros de la SCJN perciben cada uno más de 600 mil pesos mensuales, los cuales, dijo, tienen fondos de ahorro que tampoco se sabe a cuánto ascienden.
Sin embargo, antes de hacer tales cuestionamientos, por calidad moral propia de su investidura, el mandatario debería informar primero puntualmente y hasta el último centavo, en qué se gastaron los recursos de los 200 fideicomisos que el gobierno lopezobradorista desincorporó y exprimió, incluidos los de los Institutos Nacionales de Salud, y los que se tenían apartados para cubrir catástrofes y hasta los medicamentos que requerían los niños con cáncer y que ahora ya no tienen sin contar los que había para financiar protocolos de investigación científica.
Como mexicanos también tenemos derecho a que el llamado Gobierno de la Cuarta Transformación, que en los hechos parece más bien, apropiación, transparente el destino de los recursos e informe puntualmente dónde está el dinero de los 200 fideicomisos porque por ese motivo fueron perseguidos penalmente 31 científicos de alto nivel científico, a petición de una inepta que hoy está al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) cuyo nombre ni siquiera vale la pena reproducir en este espacio, porque no lo merece.
El Poder Judicial de la Federación ha declarado inconsistentes las acusaciones de la Fiscalía General de la República y de la titular del CONACYT, tan es así que hoy la susodicha científica ya no sabe en donde esconder la cara para responder a la Comunidad Científica Internacional, que le pide respuestas de su mal actuar contra científicos que son insignia en este país y ampliamente reconocidos en el extranjero.
PRESIONES Y PATALEOS FORTALECEN AL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN
Todos estos pataleos que está haciendo el presidente de la República en aras de una transparencia que su gobierno tampoco cumple, son porque teme que el Pleno de la SCJN, declare inconstitucional su Plan B de Reforma Electoral, y este pueda quedar legalmente sin efecto judicial.
La ministra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de La Corte ha sido muy clara en torno a la defensa de la independencia del Poder Judicial y sus veredictos, y ha sido bastante clara y objetiva también en el contenido de sus dos últimos discursos, que reflejan el temple del que está hecha.
LOS FIDEICOMISOS NO SON PARA SAQUEAR
Los fideicomisos de los organismos autónomos no son dinero para saquear, tienen propósitos bien definidos para su funcionamiento, incluida la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de ningún modo son cochinitos llenos para que los rompa el gobernante en turno en aras de una austeridad mal interpretada o se los lleve el funcionario saliente como AMLO nos lo pretende hacer creer desde su púlpito mañanero.