Desde hace más de dos sexenios el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se encuentra en quiebra técnica, y aunque las triunfalistas afirmaciones de Zoe Robledo, su actual director de que el IMSS está requeté bien y es capaz de soportar a 50 millones de derechohabiente más, provenientes del fallido Instituto de Salud Para el Bienestar (INSABI), la realidad muestra con certeza que es todo lo contrario y si el organismo aún sigue con vida y no se ha colapsado, es gracias al esfuerzo de su personal, valerosos hombres y mujeres que inclusive han puesto en riesgo su salud, con tal de cumplir con su trabajo, como tal ocurrió en 2020,con la Pandemia COVID 19 que en nuestro país causo la pérdida de casi un millón de vidas, entre ellas las de decenas de médicos y enfermeras..
Las carencias son muchas, y las exigencias más, cuando por su naturaleza el IMSS debiera ser una sólida institución, con el equipamiento necesario para dar una buena atención médica a sus derechohabientes, toda vez que el presupuesto de la institución, que en 2024 ascendió a 723 mil millones de pesos en ingresos propios, provenientes principalmente de las cuotas obrero patronales que en teoría debieran alcanzar para una buena atención médica, lo cierto es que en los hechos nadie sabe a donde sa va una parte importante de ese presupuesto; otra parte se paga en salarios del personal y pensiones y lo que queda se destina a mantenimiento de instalaciones y renovación de equipos, que realmente es muy poco.
Un ejemplo de esta dedicación, de amor a la institución y de solidaridad con sus compañeros de trabajo y la población derechohabiente es Angélica Catalina González Cervantes, «la jefa» hermana de quien esto escribe, licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la cual dedicó 28 años de su vida al sostenimiento del IMSS.
Desde su puesto como administradora de la Unidad de Medicina Familiar número 92 (UMF) , en la Colonia San Agustín Tercera Seccion en Ecatepec de Morelos, Estado de México, fue testigo de la crisis del suministro de vacunas. una situación que la Dirección General del IMSS siempre negó y aun así ella pugnó por el abastecimiento de los inmuizantes, indispensables para el primer nivel de atención.
A lo largo de su vida laboral Angelica ha sido un vivo testimonio de las carencias en el Seguro Social; comenzó sus actividades como oficial de farmacia y desde ese puesto recibió justificados insultos como «por mi tragas, infeliz» de airados derechohabientes que le reclamaron el desabasto de medicamentos que a la fecha persiste y que los directores del IMSS no han podido resolver en tres décadas, institución por donde han pasado políticos como Germán Martínez Cázares. Mikel Arriola Peñaloza, José Antonio González Anaya, Juan Francisco Molinar Horcasitas, Santiago Levy Algazi, Genaro Borrego Estrada, Emilio Gamboa Patrón, Ricardo García Sainz, Arsenio Farell Cubillas, y Jesús Reyes Heroles, entre muchos otros, en su mayoría militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Este miércoles 26 de junio de 2024, ante una pertinaz lluvia que inundó el módulo donde se localiza el reloj donde los empleados de la UMF 92 reportan su asistencia, Angelica, luego de 28 años de servicio pulsó su registro de salida por última vez como funcionaria activa de la Institución, para pasar al retiro, el momento al que las y los servidores públicos que trabajan en el IMSS algún día tienen que llegar
El piso estaba muy resbaladizo de lo mojado que estaba por la lluvia, y justamente al salir del módulo del que se ha hecho referencia, Angelica perdió el equilibrio, cayó al piso y su rodilla se impacto contra lo duro del pavimento y pese a lo aparatoso de la caída, con el apoyo de sus compañeros la mujer se incorporó y sin perder el aplomo ni la sonrisa que la caracterizan, en plan de broma exclamó «fue accidente de trabajo» ustedes han sido testigos».