La Ciudad de México (CDMX) es una de las más importantes a nivel mundial, con un Producto Interno Bruto (PIB) cercano al billón de pesos anuales y ocupa el lugar número 10 en materia turística en el ranking global, pero es también una de las más sucias con el quinto lugar y esto se debe a que en las 16 Alcaldías prácticamente no hay cestos de basura y los pocos que existen los vecinos de las municipalidades los atiborran de bolsas de desperdicios como si fueran contenedores, porque el servicio de recolección de basura tampoco es bueno.
No hay cestos de basura en los accesos a las estaciones del Metro, ni en los del Metrobús o el Tren Ligero, como tampoco en los paraderos del transporte público, lo que constituye un elevado riesgo para la salud, pues ante la falta de cestos de basura, la gente tira sus desperdicios en las jardineras de los parques y jardines, en las vías del Metro e incluso a media calle, sin importar el qué dirán, lo que multiplica el trabajo de los empleados de limpia de la ciudad, situación que no resulta exagerada y que además se puede observar con toda claridad en la trama de la película El Barrendero, con el inolvidable Mario Moreno Cantinflas, filmada en 1981 y de entonces a la fecha, esto es hace casi medio siglo, gobiernos van y gobiernos vienen sean del PRI, PAN o MORENA y la situación sigue siendo la misma, en la CDMX no hay sufientes cestos de basura, porque por desgracia, las autoridades capitalinas han sido demasiado miopes en materia de limpieza.
Si el gobierno de la CDMX ahora bajo el mando de la morenista Clara Brugada Molina , tuviera más alcance de miras y fuera menos miope, abastecería a la capital con suficientes botes de basura, y al hacerlo, la gente ya no tiraría desperdicios en la calle y si lo hiciera podría incluso ser multada como sucede en Estados Unidos.
Además, si el gobierno la Ciudad no contara con recursos suficientes para tal fin, podría autorizar la inserción de publicidad en las caras exteriores de tales cestos, lo que sería una adicional fuente de ingresos para la capital del país, pero como están hoy las cosas es más facil encontrar rosas en el mar que cestos de basura en la CDMX.
Por lo tanto, mientras estos gobernantes supuestamente emanados del pueblo no se pongan debidamente las pilas, los capitalinos tendremos que soportar vivir en una ciudad sucia, donde pululen las ratas, cucarachas, chinches y otra fauna nociva, lo que en su conjunto constituye un peligroso foco de infección y una bomba de tiempo para la próxima pandemia, absurda situación que los capitalinos tendremos que pagar una vez más con nuestra salud, como si no hubiera sido suficiente con la muerte de casi un millon de mexicanos a nivel nacional a causa de la negligencia de las autoridades morenistas encargadas de la salud, de los cuales más de la tercera parte eran capitalinos, así que, eso y más nos pasa por vivir en una ciudad sucia, ahí están las consecuencias y por desgracia no es más que la punta del enorme iceberg.
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