La otitis media constituye una de las principales amenazas para los niños durante el invierno, porque de acuerdo a especialistas las bajas temperaturas, propician la activación de virus y bacterias que pueden causar daño en los oídos, principalmente en los niños, toda vez que estos gérmenes al alojarse en los huesitos vibratorios del oído medio, causan enfermedades como la otitis media.

La otitis media como tal, es una inflamación del oído medio que puede producirse como consecuencia de un resfriado, dolor de garganta o una infección respiratoria, razón por la cual esta enfermedad suele afectar hasta el ochenta por ciento de los niños menores de tres años por lo menos una vez en su vida y aunque también puede afectar a los adultos los más propensos son los niños.

Las posibilidades de contraer esta enfermedad aumentan de manera significa cuando los niños conviven con fumadores de cualquier tipo de sustancias adictivas.

Según información de la Stanford Medicine Children´s Health, el riesgo se incrementa también cuando existen antecedentes familiares de infecciones en el oído, cuando el sistema inmunológico de los niños es deficiente, cuando los niños asisten a guarderías, o cuando sufren de un resfriado.

CAUSAS DE LA OTITIS MEDIA

Por lo general esta enfermedad se produce como resultado de un funcionamiento deficiente de la trompa de Eustaquio, conducto que une al oído medio con la zona de la garganta, ya que su función es equilibrar la presión entre el oído medio y el oído externo, de modo que, si este conducto no funciona de manera adecuada, no se produce el drenado normal del líquido del oído medio, lo que trae como consecuencia que este líquido se acumule detrás del tímpano, lo que favorece el desarrollo de bacterias y virus en el oído y con ello causar una otitis media aguda.

SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD

La infección del oído medio se produce de manera abrupta, lo que provoca hinchazón y enrojecimiento del oído del niño, porque el líquido y el moco quedan atrapados dentro del oído, lo que causa fiebre, dolor de oído y pérdida de la audición en el pequeño.

Otros síntomas que ayudan a los padres y al médico a descubrir la enfermedad son irritabilidad inusual en el niño, dificultad para dormir o permanecer dormido, tironearse una o ambas orejas, fiebre, superación de líquido en uno o los dos oídos, pérdida del equilibrio y dificultades auditivas.

CONSEJOS PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD

Para prevenir este tipo de problemas, los padres se deben asegurar de que sus hijos estén bien protegidos durante el invierno, que no expongan sus cuerpecitos a las bajas temperaturas, ni se mojen la ropa con agua helada o se expongan a los cambios bruscos de temperatura.

Brindarles bebidas no tan calientes ni tampoco frías, como chocolate o atoles.

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