Mucho se ha hablado del Tren Maya, el moderno ferrocarril que, en la zona sureste del país, pese a lo accidentado de la región, será capaz de desplazarse a velocidades de hasta 180 kilómetros por hora con potentes máquinas impulsadas por biodiesel, combustible que será producido en abundancia por la Refinería de Dos Bocas que también se construye en el sur del país, específicamente en el estado de Tabasco.
Se ha dicho que el Tren Maya devastará la Selva, y que terminará por extinguir especies que actualmente se encuentran protegidas; también que afectará vestigios arqueológicos prehispánicos de alto valor histórico y que miles de campesinos serán despojados de sus tierras,
Tal vez esto sea así porque no se han efectuado todavía estudios suficientes de impacto ambiental que convenzan a los opositores del Tren Maya en tal sentido, y en esto la Secretaría del Medio Ambiente (SEMARNAT) tiene que trabajar en forma más acelerada, porque quizá el funcionario que ocupa la titularidad de dicha Secretaría será muy honesto como lo asegura el Presidente de la República, pero no es la persona indicada para proteger que el Tren Maya no tenca contratiempos que jurídicamente retrasen su construcción.
Sin duda pese a las críticas el Tren Maya es un proyecto que se debió haber llevado a cabo hace décadas, pero la pésima administración del priísta Ernesto Zedillo Ponce de León como Presidente de la República, retrasó el avance del desarrollo ferroviario en México, pues fue capaz de convencer al Congreso de la Unión de modificar la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos, para poder desmantelar el sistema ferroviario en México, lo que en otro tiempo se podría haber considerado como traición a la Patria y en tal sentido el Presidente Andrés Manuel López Obrador sí tiene razón en culpar a los priístas de estos retrocesos aunque bien es cierto que también él tiene pecados propios que no habremos de discutir en este artículo.
NUEVO IMPULSO INMOBILIARIO EN EL SUR DEL PAÍS
De acuerdo a opiniones de expertos en materia de población y desarrollo, en los poco más de dos años que lleva de construcción efectiva el Tren Maya se ha visto en esa región un creciente interés inmobiliario tanto de empresas nacionales como extranjeras, así como de grandes compañías que se pretenden instalar en la Península de Yucatán, con miras a exportar desde ahí al mercado de los Estados Unidos vía Miami Florida y de abastecer a Cuba ahora que los estadounidenses han suavizado el bloqueo hacia la paradisiaca isla del Caribe.
Se prevé que con el arranque del Tren Maya el año próximo, se dispare la ocupación en las zonas hoteleras por las que habrá de pasar este moderno ferrocarril de alta tecnología diseñado no solo para ser la obra insignia del gobierno Lópezobradorista, sino el principal proyecto en términos reales de desarrollo económico y de turismo sostenibles.