Por BLAS A. BUENDÍA
El sentir patriótico se dejó sentir en un día asoleado con tendencias de lluvia.
La Plaza de la Constitución estuvo a reventar.
No hubo acarreos como acostumbra Morena, bajo la directriz del presidente Andrés Manuel López Obrador, principalmente. La fiesta democrática tuvo un sello característico: una marcha y un mitin que desbordó las pasiones de ese “pueblo agraviado” del que tanto reclamaba el malogrado político sonorense Luis Donaldo Colosio.
¡Ah!, qué tiempos aquellos cuando todavía se hacía política con extraordinarios oradores, llenaban de pasión del pueblo mexicano cuando el PRI tenía la hegemonía del poder Hoy, las cualidades de la política han cambiado en una magnitud tal que en lugar de tener avances sustantivos, una regresión de cuando menos 40 años, o un tanto más, las figuras de oratoria de sepa, jalaban a la gente a la participación ciudadana, más aún, cuando el PRI, era el PRI. Hoy, con Alejandro Moreno, es un remedo, tan igual como su satélite, ahora llamado MORENA.
El Revolucionario con el paso del tiempo también decayó en su credibilidad ya que si bien aún se le considera el padre de todos los partidos políticos, fue deformándose hasta llegar a la degradación, sobre todo en esta época en que la política está coludida con el narcotráfico, la corrupción y el crimen organizado.
Cuando menos el Institucional gozaba de un prestigio, que paralelamente, hacía convenios con movimientos sociales que pretendieron pactar, por ejemplo, con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para garantizar la paz social de la Nación.
Las características han cambiado de forma radical, que de manera descarada y evidente, este régimen donde se mezcla el fenómeno de la kakistocracia, el oclócrata Obrador ha tenido el descaro de negociar con los barones del narco.
Esto le costará a MORENA perder la Presidencia de la República, porque ante la ola de asesinatos por los fuegos cruzados que ha habido en sus cuatro años con su famosa 4T, y su figurada frasecilla “abrazos, no balazos” —nadie absolutamente nadie— quisiera hacer pactos de reconciliación con los traidores de MORENA.
El hecho es que ya se vio, porque “cuando el río suena es porque mucha agua lleva”. Es igual la respuesta del electorado que está esperando que el domingo 2 de junio del 24, acuda a las urnas para aplicarle un severo voto de castigo a MORENA y al charlatán que ocupa actualmente la Presidencia de México.
Otro de los grasos errores de López Obrador, es el de haberse vinculado a través de un inesperado saludo, cuando le pidió a la madre del “Chapo” Guzmán (Consuelo Loera) que no se bajara de la camioneta blanca donde se trasladaba. Andrés Manuel parecía el empleado de la familia criminal del Chapo.
López Obrador pasara al basurero de la historia por su cercanía que tuvo con el ex jefe de la narco mafia en Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, quien purga una condena de por vida en una prisión de Estados Unidos, por delitos contra la salud.
En la marcha-mitin que se organizó el domingo 26 de febrero del 2023, fue totalmente pacífica.
Los grupos golpeadores del gobierno de Andrés no salieron a intimidad a los manifestantes, o que hayan aparecido grupos de choque, particularmente las llamadas feminazis quienes en anteriores movilizaciones sociales, cometían desmanes que representaban perdidas millonarias a los locales comerciales de Paseo de la Reforma y el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Ciertamente, la politóloga y periodista Beatriz Pagés Rebollar, al figurar como la primera de dos oradores, le mandó un mensaje al Ejecutivo que “hay hombres y mujeres de conciencia libre”.
Y esa libertad se observó. Andrés Manuel, como lo ha hecho en anteriores concentraciones que no comulgan con su modelo político —que es un total desastre—, debió asomarse por alguna ventanilla de su oficina de Palacio Nacional para corroborar que el pueblo bueno e inteligente, ya no están con él.
El meollo del asunto de esta multitudinaria concentración fue en defensa del Instituto Nacional Electoral, ya que el presidente López pretende destruir el único baluarte democrático de las instituciones republicanas del país, como es el INE.
Como balde de agua súper helada en las espaldas del encorbado Peje lagarto, fueron las estrujantes palabras que emitiera la ex priista Beatriz Pagés, quien hizo una serie de advertencias, frente a un Zócalo pintado de rosa y blanco, abarrotado…; “hay hombres y mujeres de conciencia libre, no tenemos miedo a los desplazamientos autoritarios que intentan callarnos”.
Entre vítores por la protesta contra el Plan B de la Reforma Electoral que pretende impulsar mañosamente el Ejecutivo, en el trasfondo político, significa la destrucción estructural del INE, para lo cual, la señora Pagés, insistentemente subrayó: “El INE no se toca”, además de que hizo referencia que “el voto no se roba”.
“El INE no se toca, nuestro voto no se roba. Para decir a quién no quiera escuchar, estamos listos para impedir un golpe a la constitución y a nuestras libertades”, exclamó la connotada periodista.
La señora Pagés aseguraba por igual, que en este mitin se busca defender la democracia, y que se insistirá una y mil veces más, que “el INE no se toca”.
Dice un dicho popular que “el miedo no anda en burro”, en alusión al Presidente de la República que ordenó a la Guardia Nacional —antiguamente conocido como el Estado Mayor Presidencial—, que se tapiara Palacio Nacional con enormes estructuras de acero, que en lugar de pintas, los pacíficos manifestantes las adornaron con flores, así como también lo hicieron a la entrada de la Corte.
Lo anterior todo indica que el Ejecutivo le embargó el miedo y metafóricamente tuvo que huir de manera rápida para resguardarse —tal vez— debajo de la cama del reeleccionista Benito Juárez García.
Las características de este refrán son: se realiza una analogía entre la lentitud y un burro. Se realizar una metáfora entre el miedo como si fuera un individuo y el burro con su lentitud, cuán fuera el propio retrato del inquilino temporal de Palacio Nacional.
El acto tuvo lugar en un templete principal instalado frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde fueron instalados sistemas de altavoces con pantallas en puntos estratégicos para que los asistentes no perdieran detalle de los pronunciamientos de los oradores quienes fueron concisos en plantear que López Obrador no se saldrá con su arrogancia de demoler la estructura del INE.