*Obesidad, factor predisponente para desarrollar cáncer
Que mejor que hoy 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad para advertir sobre los terribles daños que trae consigo el sobrepeso y la obesidad en las personas, entre las que se encuentran: las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, hipertensión, dislipidemia, apnea del sueño, COVID y, por supuesto, el cáncer.
De acuerdo a organismos internacionales –Mundial y Panamericana- de la Salud (OMS/OPS), respectivamente, en la actualidad dos mil millones de adultos en todo el mundo luchan contra el exceso de peso y 650 millones de ellos viven con obesidad. Y se estima que para el 2035, mil 900 millones de personas, o 1 de cada 4 personas en el mundo, vivirán con obesidad.
En el caso de México, la situación no es menos grave, luego de que el 74 por ciento de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición (ENSANUT 2021) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), representando un grave problema de Salud Pública pendiente de resolver.
La obesidad y el sobrepeso causan más de 12 tipos de cáncer, cinco más de los que hasta ahora se relacionaban de forma directa con un índice de masa corporal elevado, según un nuevo informe del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WRCF, por sus siglas en inglés). Este organismo alerta, además, de que a medida que se extienda el estilo de vida occidenta, la prevalencia del cáncer aumentará y se espera que para 2035 haya 24 millones de nuevos casos al año, un 58 por ciento más que en la actualidad.
Datos de Globocan (dependiente de la OMS) señalan que en el 2020 se registraron 195 mil 499 nuevos casos de cáncer (siendo el de mama, próstata y colorrectal fueron los más frecuentes –en ese orden-) y 90 mil 222 fallecimientos por esta causa.
Mientras que la OCDE señala que el sobrepeso y la obesidad causan aproximadamente el 20 por ciento de todos los casos de cáncer; y que México y Estados Unidos son los dos países del mundo con mayor prevalencia de obesidad en la población adulta.
Los tipos de cáncer asociados comúnmente a la obesidad son: endometrio (en el tejido que reviste el útero), esófago, colorrectal, posmenopáusico de mama, próstata, renal, hígado, ovario, vesícula biliar, cervicouterino, estómago (parte superior), mieloma múltiple (se desarrolla en los glóbulos de la sangre), tiroides y meningioma (en el tejido que cubre el cerebro y la médula espinal).
DE MAMA Y CERVICAL LOS CÁNCERES MÁS FRECUENTES
Durante el 2020, en México los tipos de cáncer más frecuentes fueron: en mujeres: mama, cervicouterino, tiroides, colorrectal y de endometrio. Mientras que en los hombres fue de próstata, colorrectal, estómago, pulmón y Linfoma Hodking
De acuerdo al INEGI en el 2021 en México 90 mil 525 personas fallecieron por tumores malignos; de los cuales 7 mil 973 murieron por cáncer de mama; de estos 7 mil 925 (99.4 por ciento) fueron mujeres y 48 (0.6 por ciento) hombres. De las defunciones en mujeres por cáncer, 17 por ciento fue por cáncer de mama.
Existen diferentes razones por las que posiblemente la obesidad está relacionada con el desarrollo de cáncer, por ejemplo: aumento de los niveles de insulina y factor de crecimiento de la insulina-1, inflamación crónica de bajo nivel y cantidades más altas de estrógeno producidas por el tejido graso. Además está comprobado que las células grasas pueden afectar los procesos que regulan el crecimiento de las células cancerosas.
70% DE LOS TUMORES ASOCIADOS A PROBLEMAS DE SOBREPESO
“Entre un 50 y hasta un 70 por ciento de los tumores malignos, de alguna u otra manera están asociados a un problema de exceso de peso, sobre todo a la obesidad”, afirmó Julio Morfín, gerente médico de Ifa Celtics, a Hablemos de cáncer en el marco de la conferencia de prensa “Hablemos sobre obesidad, es tiempo de cambiar la historia”, a propósito del Día Mundial de la Obesidad, la World Obesity Federation (WOF), junto con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), organismos multilaterales y representantes de organizaciones profesionales y de la sociedad civil hacen un llamado para intercambiar perspectivas que contribuyan a la prevención y control de la obesidad y la salud planetaria.
El también ginecólogo explicó que cuando “hay obesidad existe un proceso inflamatorio crónico, que el organismo produzca proteínas inflamatorias, que cuando no están controladas y permanecen mucho tiempo en el cuerpo, causan daño a la célula. Una célula dañada tiene más riesgo al momento de estarse reproduciendo de cambiar su estructura de DNA y volverse una célula maligna”.
EXCESO DE GRASA CORPORAL PRODUCE MÁS HORMONAS
“El cuerpo –dijo- siempre lucha contra esas células con un proceso de autocontrol. Cuando hay un problema de obesidad, este autocontrol también se pierde y, específicamente en mujeres, el exceso de grasa corporal hace que se produzcan más hormonas. Y el exceso de hormonas se asocia con algunos tipos de cáncer, como el de mama, endometrio o vesícula, por mencionar algunos. Ese es el mecanismo por el cual el exceso de peso se asocia a varios tipos de cáncer, añadió.
“Cuando la persona con cáncer tiene sobrepeso u obesidad, la respuesta a los tratamientos de quimio o radioterapia se ha visto disminuida en algunos tipos de neoplasias, porque si el proceso patológico persiste, el daño en la salud o el factor de riesgo va a persistir. Mientras el paciente no baje de peso, va a seguir con el riesgo de desarrollar, o un nuevo tumor o que el tumor que tiene no se controle adecuadamente”, refirió el especialista.
En México, 74.2 por ciento de los adultos viven con sobrepeso u obesidad y 81.6 por ciento tienen obesidad abdominal. Por edad, las prevalencias más altas se encuentran en la cuarta y quinta década de la vida, en la cual 83.6 por ciento de la población presentó sobrepeso u obesidad, lo que es 4.3 veces más la posibilidad de tener obesidad en este grupo de edad que en la segunda década de la vida, según datos de la ENSANUT 2021.
OBESIDAD NO ES ENFERMEDAD ESTÉTICA
Ante este panorama “el gran reto que tenemos como sociedad es reconocer que la obesidad no es una enfermedad estética, que se tiene no por no tener ganas o “fuerza de voluntad para bajar de peso, sino que es un padecimiento multifactorial. La pérdida de peso no es solo responsabilidad de las personas que la viven; es una enfermedad compleja que requiere de un equipo multidisciplinario que les proporcione herramientas y tratamiento integral adaptado a sus necesidades, empático y sin estigma”, puntualizó el represente de la farmacéutica.
Mucha razón tienen los especialistas al enfatizar que la obesidad es un padecimiento multifactorial, y que por lo mismo, el abordaje tiene que ser multidisciplinario; sin embargo el primer paso lo debe dar la persona con sobrepeso u obesidad, partiendo de que su condición no es un problema meramente de estética sino que se trata de un problema serio y salud, y como tal hay que abordarla, poniéndonos en manos de gente profesional: médico general, internista, bariatra, endocrinólogo, psiquiatra, nutriólogo, ginecólogo (en el caso de las mujeres).
En el caso de los niños la responsabilidad del peso corresponde al adulto, que desde la primera infancia tiene que alimentarlo y, posteriormente enseñarlo a hacerlo por sí mismo, el alimentarse sanamente. En el olvido debe quedar la creencia que tenían nuestros padres y abuelos de que si el niño es “gordito” es porqué está sano y el delgado o “flaquito” está desnutrido.
También como adultos se debe hacer el mayor de los esfuerzos por dejar de comer alimentos procesados, con exceso de azucares y comida chatarra que en nada ayuda a la alimentación en general. No son pocas las veces que se responsabiliza a la industria alimenticia del problema de salud pública que se tiene en México de sobrepeso y obesidad, porqué ellos –como empresarios- seguirán ofertando sus productos altos en carbohidratos, azucares, grasas y conservadores, pero está en nosotros los consumidores consumirlos o no.
Si bien es cierto la dinámica de las grandes ciudades condiciones el qué se come y como se come, es necesario por el bien de nuestra salud y la de la infancia regresar a lo sano, es decir, consumir agua de frutas, y si se puede simple a la hora de comer, mucho mejor en lugar de jugos procesados o refrescos; más ensaladas con vegetales y menos hamburguesas, pizzas, papas a la francesas, por decir algo, que si bien gustan a grandes y chicos, son la antesala del sobrepeso y la obesidad con las consecuencias antes mencionadas.
Tampoco hay que olvidar la importancia de hacer ejercicio para mantener el cuerpo con un peso saludable, por lo que realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diferentes tipos de neoplasias como de mama, colon, próstata, pulmón, y riñón.
El tema de la obesidad y el cáncer, además de importante es extenso, así que ya habrá oportunidad de seguir Hablando de cáncer en próximas entregas.