Con mayoría calificada a su favor tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, y todo el poder político del que aun dispone, en los estertores de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prepara su ofensiva final contra el Poder Judicial de la Federación, con el propósito de desmantelar su estructura actual y subordinar de una vez por todas al Poder Ejecutivo Federal, a los otros poderes de la Unión y de este modo aterrizar su ya tan cuestionado plan C, que ha puesto nerviosos a los mercados financieros nacionales e internacionales más de una vez en perjuicio de la estabilidad del peso y de las finanzas del país incluida la deuda externa , que al uno de enero de 2024 ascendía a 225,298.1 millones de dólares, pero que podría crecer en forma acelerada si los acreedores del Gobierno de México decidieran incrementar sus tasas de interés, para presionar al gobierno mexicano y de verdad esperemos que con el favor de Dios eso no ocurra.
Aunque la Presidenta Electa de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheimbaum Pardo, ha dado fehacientes muestras de su desacuerdo en desmantelar al Poder Judicial, quiza para tranquilizar a los mercados y evitar un nuevo error de diciembre, que pudiera costarle al país y a su incipiente gobierno años de recuperación, pero el mandatario saliente no ha dudado en pasar por encima de su sucesora para imponer su voluntad a capricho, con las consecuencias políticas y económiocas que ello implica, e incluso ha dicho que por encima de la ley está su justicia, y como también ha dicho que gobernará hasta el último minuto de su mandato que concluye el lunes 30 de septiembre de 2024, está claro que se lanzará con todo contra el Poder Judicial de la Federación, pero sobre todo contra su acérrima enemiga, la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, considerada entre las 20 mejores abogadas del mundo, ni más ni menos y si bien antes del 1 de octubre AMLO ha anunciado que realizará varias giras de trabajo conjuntas con su sucesora Sheinbaum Pardo, más allá de los vivas y los aplausos, quien sabe qué pueda ocurrir hasta entonces detrás de cámaras, pues la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México no está dispuesta a ser una juanita cualquiera sino una mujer de hielo que pretende ejercer su propio estilo de gobierno, ante lo cual AMLO tendría que irse a La Chingada, llegado el momento, que es su rancho de retiro en Palenque, Chiapas.
Ahora bien, el presidente López Obrador solo dispone de 30 días naturales y ni uno más, para enviar al Congreso de la Unión su propuesta de reforma judicial, pues a las cero horas del 1 de octubre, deberá efectuarse el relevo en las fuerzas armadas tanto en la Secretaría de la Defensa Nacional como en la de Marina, pues ya habrá en los hechos Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas, aunque esta todavía no reciba de su antecesor la banda Presidencial, por lo cual la legislatura entrante tampoco estaría obligada a cumplir al pie de la letra los designios de un presidente que legalmente ya casí se va.
Los asegunes son muchos y para muestra un botón. a la ministra Presidenta Norma Lucía Pña Hernández, le quedan todavía más de dos años al frente del tribunal supremo y para que los ministros de la Suprema Corte sean electos por el pueblo, como lo pretende AMLO, por ley tendría que intervenir el Instituto Nacional Electoral (INE) y este tendría que convocar a inéditas elecciones, e instalar de nuevo 170,000 casillas para que el pueblo decida por cuáles ministros vota, lo cual tendría un costo de más de 22,000 millones de pesos, pues tratar de elegir por tómbola a los ministros como se hizo con los consejeros del INE sería más que una burla al pueblo de México, y un golpe de Estado al Poder Judicial de la Federación, además de que no todos los ministros dejarán su cargo cuando Piña Hernández lo haga y aunque el presidete originario de Tabasco ya tiene ahí a la hermana de Marti Batres, le faltan muchos votos para tener a la Corte a su favor..
Aunque la reforma al Poder Judicial fuese aprobada en Fast Track por MORENA y sus aliados esta no tendría efectos inmediatos, pues su entrada en vigor dependería de Claudia Sheinbaum, y esta ha demostrado ser una mujer de hierro y de no dejarse intimidar por nadie, ni siquiera de su antcesor y si Ernesto Zedillo Ponce de León, con menos carácter que ella fue capaz de desterrar al propio Carlos Salinas de Gortari, ¿de qué no será capaz la mandataria entrante contra quién se oponga a sus designios? As que la nueva Mandaaria tendrá que tejer muy fino para no causar desorden en los mercados financieros que se quiera o no tienen el poder económico y financiero en sus manos y a la vez enfrentar las presiones propias de su alto cargo..
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