El huracán John, resultó tres veces más devastador que su antecesor Otis, toda vez que las inundaciones han causado a la población del puerto, a la hotelería y al comercio organizado, pérdidas hasta ahora inimaginables, pues cuando las autoridades estatales y el sector privado aun trabajaban en la reconstrucción de los daños causados por el anterior meteoro, este nuevo huracán se ha ensañado, de manera principal contra los grupos vulnerables, donde colonias como El Renacimiento,, El Camarón, Las Cruces, unidades habitacionales como los condominios de la Central de Abasto e incluso la Costera Miguel Alemán quedaron muy dañados y en algunas zonas muchas casas están prácticamente bajo el agua.
Los elementos de la Guardia Nacional que auxilian a la población civil en esta situación de desastre donde la gobernadora y la presidenta municipal tienen mucho que explicar en lo referente al mantenimiento de las redes de drenaje del puerto, han sido insuficientes para atender a los miles de dagnificados que lo perdieron todo a causa del huracán John.
Algunos vehículos prácticamente flotan en las aguas inundadas y sus tripulantes han tenido que abandonarlos para no ser arrastrados por las turbulentas corientes de agua que destruyen cuanto encuentran a su paso, principalmente montañas de basura, mucha basura, producto de la deshigiene en la que vive la población que reside fuera de la zona hotelera del puerto de Acapulco debido al deficiente servicio de limpia y al pésimo mantenimiento que las autoridades municipales proporcionan a las redes de drenaje.
Las imágenes de lo que ocurrió en Acapulco son en verdad aterradoras, pues en algunos videos se ve como algunas casas prácticamente se fragmentan en pedazos por la fuerza de las corrientes que chocan contra los muros de las viviendas, construidas muchas de ellas con materiales de muy mala calidad.
Hay sonas en las que las alturas de las aguas inundadas rebasan los tres metros, situación que conforme pasan las horas tiende a ser cada vez más grave porque en Acapulco y sus zonas aledañas no ha dejado de llover; escasean los alimentos y el suministro de electricidad es prácticamente nulo en las colonias populaers del que fuera un paradisiaco puerto.
FOTO DE AUDIORAMA COMUNICACIONES