*El presidente los alienta desde el Palacio Nacional

De buenas a primeras se han soltado toda una serie de ataques sin fundamento ni pruebas contra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a un grado tal que hay un columnista que afirma que la lideresa del máximo tribunal podría ser destituida por los mismos ministros, lo cual es una aberración.

Estos ataques solo confirman que alguien les está suministrando dinero y mucho a ciertas plumas claramente vendidas para denostar a Piña Hernández, lo que no es ético ni profesional de quienes dicen ejercer el periodismo.

Quien esto escribe coincide con Ciro Gómez Leyva de que el periodismo es un compromiso social porque el derecho a la información es un derecho humano de los individuos y los comunicadores somos el vehículo encargado de hacerlo valer, por eso en México es más peligroso ejercer el periodismo que en Ucrania.

Debe quedar claro que la ministra Norma Piña y los ministros que la han respaldado en sus decisiones, lo que han hecho es hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al invalidar leyes que desde que nacieron eran claramente inconstitucionales, como el llamado Plan B Electoral y la nefasta Ley de Comunicación Social.

El presidente de la República no niega que odia a los comunicadores críticos, y a los medios periodísticos que los respaldan, y por eso pretendió cortar de tajo el gasto en Comunicación Social  para estrangular la supervivencia de los medios, e imponer tal decisión a los gobiernos de los estados pasando por encima de sus respectivas soberanías en clara violación al Pacto Federal.

Al presidente López Obrador se le acaba el tiempo y tardará lo más posible en elegir a su sucesor o sucesora, para no perder el poder que tanto cela y en tales condiciones la más viable para sucederlo es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheimbaum Pardo, una científica de medio pelo de ascendencia judía.

Ahora permíteme preguntarte con toda sinceridad, ¿funciona el Metro como tú quisieras? Han pasado dos años y el tramo elevado de la Linea 12 no tiene para cuando concluir ¿Por qué? ¿Estás conforme? ¿Puedes caminar tranquilamente por las calles de la ciudad sin miedo a un secuestro o un asalto? Si tu respuesta es no, ya sabes por quién no votar en 2024.

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