La prestación de servicios médicos a los derechohabientes del desaparecido Instituto de Salud Para el Bienestar (INSABI) sólo existe en el papel porque en los hechos el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) les niega los servicios médicos a estas personas y en sus instalaciones no las recibe ni siquiera en caso de urgencia, lo que constituye un grave atentado contra el derecho a la salud consagrado en el Artículo IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que textualmente dice: “ Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución”, lo cual en los hechos no existe.
Aunque duela decirlo como tal el IMSS Bienestar es puro cuento, porque la verdad es que la población que no tiene derecho a la seguridad social está desamparada, de hecho, lo está desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decretó la desaparición del Instituto Nacional de Protección Social en Salud, conocido comúnmente como Seguro Popular.
Un caso concreto ocurrió anoche cuando una mujer con su hijo adolescente sumamente grave, se trasladó al Hospital General de Zona número 71 del IMSS, en Chalco, Estado de México, y no obstante que el chico iba con temperaturas de 40 grados, le negaron el servicio y hasta pudo haber muerto, esa es la verdad y hay que decirla y este es sólo un ejemplo de lo mal que están las cosas en el sistema mexicano de salud hoy en día.
Cuando existía el Fondo Nacional de Protección Social en Salud, no era propiamente un hospital al que la gente pudiera acudir sino una especie de banco que aportaba recursos financieros para el pago de medicamentos e intervenciones quirúrgicas en los hospitales de segundo y tercer niveles, de tal modo que una parte de los servicios la pagaba el Gobierno, y la otra el paciente mediante cuotas de recuperación previo estudio socio económico.
Los periodistas que no tenían acceso a la Seguridad Social, contaban con pases de atención personalizada y aunque al igual que los demás usuarios pagaban cuotas de recuperación nunca se les negaron los servicios médicos. Hoy es distinto.
HICIERON HUMO LOS FONDOS DEL SEGURO POPULAR
Debido a la opacidad e impunidad con la que se maneja el gobierno de la mal llamada Cuarta Transformación de la República, lo que mantiene paralizado al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) no se sabe a donde fueron a parar los más de 200 mil millones de pesos que había en el Seguro Popular, pues como tal el INSABI solo fue una pantalla mal puesta para justificar la desaparición de los recursos de dicho banco.
Los científicos de los Institutos Nacionales de Salud, todos ellos investigadores nivel III del Sistema Nacional de Investigadores quienes en su momento protestaron por tal aberración fueron perseguidos por delincuencia organizada, acusados por la directora del CONACYT, una tipa llamada Elena Álvarez que hoy esconde la cabeza como avestruz.
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