*Tamizaje, la herramienta más efectiva para diagnosticar Cáncer de Pulmón

Consumo de tabaco, principal factor de riesgo

*Oscar Gerardo Arrieta Rodríguez, nuevo director del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN)

A pesar de que en nuestro país el cáncer de pulmón ha dejado de ocupar los primeros sitios en cuanto a incidencia en los últimos años, lejos estamos de cantar victoria, luego de que sigue siendo un problema de salud pública difícil de resolver por diversos motivos: prevención y detección tardía; estigmatización hacia quienes lo padecen; atención tardía para llegar al servicio de tercer nivel y falta de medicamento. Sí, la falta de medicamento, no solo en este sino en otros carcinomas y enfermedades.
Según datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan), hasta el 2020 el cáncer de pulmón se ubicó como el segundo tipo de cáncer con mayor número de nuevos casos a nivel mundial y el primero en número de fallecimientos. Mientras que en México, tumor maligno se identificó como la séptima neoplasia más frecuente en hombres y mujeres, registrando 7 mil 588 nuevos casos y 7 mil 100 decesos; colocándose en el cuarto lugar por el número de muertes.
El cáncer pulmonar es un tipo de carcinoma que se inicia cuando las células de los pulmones tienen un crecimiento descontrolado. Y por lo general se agrupa en dos tipos principales, de células pequeñas y de células no pequeñas.

El cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) comienza en las células nerviosas o en las células productoras de hormonas del pulmón. Este tipo de cáncer representa alrededor de un 10 a 15 por ciento de todos los cánceres de pulmón; no obstante, suele crecer y propagarse más rápido que el cáncer de pulmón de células no pequeñas. Para entender mejor este tipo de carcinoma, es bueno saber que el término “célula pequeña” se refiere al tamaño y forma de las células cancerosas, de acuerdo a lo que se observa en el microscopio.

El CPCP se presenta principalmente en los adultos mayores, la mayoría de las personas diagnosticadas tiene 65 años o más, seguido por un número inferior de casos en personas menores de 45 años.
Además de la edad, existen otros factores de riesgo que están relacionados con el desarrollo de cáncer de pulmón, como vivir en zonas de altos índices de contaminación, tener antecedentes familiares de cáncer de pulmón, exponerse a determinadas sustancias en el lugar de trabajo: asbesto, amianto, arsénico, cromo, berilio, níquel, hollín o el alquitrán; aunado a un alto consumo de complementos de betacaroteno, entre otros.

El consumo de tabaco es la causa principal para elevar el riesgo de una persona para presentar cáncer de pulmón de células pequeñas, al igual que la exposición regular al humo de cigarrillos, cigarros o pipas de otra persona, incluso si la persona no fuma, aseveró Omar Macedo Pérez, adscrito al servicio de Oncología del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
El especialista reconoció que si bien es cierto las políticas antitabaco han ayudado a controlar el consumo de tabaco, se debe profundizar más en ellas, luego de que en la actualidad entre el 75 a 82 por ciento de los pacientes son diagnosticados en etapa metastásica, es decir, cuando la enfermedad ya invadió otros órganos y el pronóstico de vida es reservado.
De ahí que insistió en la necesidad de hacer screeming (tamizaje) en etapas tempranas porque ello permitirá reducir entre un 20 a 40 por ciento la mortalidad.
De ahí que exhortó a la población a no estigmatizar a las personas con este tipo de tumor, porque no todo aquel que desarrolla esta patología es por haber fumado necesariamente; como es el caso Constantino Sánchez García de 61 años de edad, quien hasta antes de ser diagnosticado con un tipo de CPCP (Mesotiloma) era ayudante en la Central de Abastos.
Actualmente se atiende en el INER y se apoya en un tanque de oxígeno en forma permanente para llevar su vida diaria. El tratamiento que lleva es con quimioterapias, cuyas secuelas lo han llevado a desarrollar trombosis, de la cual ya está siendo tratado.
En este caso, el carcinoma del paciente, se le atribuye a la inhalación de polvo con partículas de asbesto –luego de que el techo de su vivienda por muchos años fue de láminas ese material- aunque también reconoce que fumaba.
En entrevista con Hablemos de cáncer el señor Sánchez refirió que previo a conocer el diagnóstico –que lo sumió en una depresión que lo llevó a ya no querer vivir- hace alrededor de tres años tuvo al hacerle un estudio en los pulmones le detectaron que tenía agua; posteriormente empezó a tener lunares de resequedad en la cabeza y una especie de hongo en forma de manchas en la espalda y pantorrillas, que con las quimios se le han ido disminuyendo. Además de tener el hombro derecho caído, postura que hoy en día mantiene.
En su oportunidad, Jesús Arturo Vázquez Leduc, director médico en Asofarma de México, informó que algunos de los principales signos y síntomas que las personas con cáncer de pulmón de células pequeñas pueden experimentar son: fatiga, tos, dificultad para respirar, dolor de pecho, pérdida del apetito, pérdida de peso sin explicación, tos con flema o mucosidad, hinchazón del cuello o la cara y tos con sangre”.

Y que las opciones de tratamiento para este tipo de tumor maligno se determinan en función de la etapa (extensión) de la enfermedad, pero también inciden de manera importantes otros factores, como el estado general de salud de la persona y su función pulmonar. El conocimiento de la etapa ayuda al médico a decidir el tipo de tratamiento más adecuado y la probable evolución de un paciente.

En general, una etapa más baja de CPCP se vincula con mejores resultados clínicos, sin embargo cada persona es diferente y los tratamientos funcionan de distinta manera para cada tumor. Entre los principales tratamientos para el CPCP se incluyen: quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia y cirugía. En ocasiones se pueden hacer combinaciones de estas terapias, de acuerdo al criterio del médico y al estadio de la enfermedad.

Aún no existe una forma comprobada de prevenir por completo esta enfermedad, se debe evitar el consumo de tabaco, a fin de evitar el riesgo de desarrollarla.

El estándar de tratamiento tanto en primera como en segunda línea no ha tenido grandes avances desde los años 90s, a diferencia de otros tipos de cáncer de pulmón, dejando a los pacientes que padecen este tipo de neoplasia sin opciones terapéuticas.

En los últimos meses la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) aprobó nuevas opciones terapéuticas para el tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas. Esto permite brindar nuevas opciones de atención a los pacientes con este tipo de cáncer, el cual, a pesar de tener una baja incidencia, puede repercutir de manera negativa en la salud de las personas que no cuentan con un seguimiento oportuno y adecuado.
Mientras que Patricia Mondragón, presidenta y fundadora de Respirando con Valor A.C. al abordar el hablar sobre las barreras y trayectoria por las que tienen que atravesar los pacientes para acceder al diagnóstico y tratamiento oportuno, enfatizó que las personas no tienen que perder todo su patrimonio para tener acceso a la salud, por lo que se debe poner especial énfasis en el diagnóstico y tratamiento oportuno.
Argumentó que la navegación de los pacientes a través de las diversas etapas en la atención “debe abordarse priorizando un acompañamiento y garantizando una atención integral; que contemple no sólo la atención médica y el tratamiento, sino el bienestar integral y la calidad de vida de las personas y sus cuidadores”.
En resumen, está comprobado que el tabaquismo se relaciona directamente con el desarrollo de más de 15 tipos de cáncer, de ahí la necesidad de que la gente entienda que mientras siga fumando el riesgo está latente, incluido para los fumadores pasivos, es decir, quienes pueden verse afectados con sólo inhalar el humo del cigarro y el humo de leña por periodos prolongados.

OSCAR ARRIETA GANÓ LA TERNA PARA DIRIGIR EL INCAN, ENHORABUENA.
Cambiando de tema, no menos importante es la designación del doctor Oscar Gerardo Arrieta rodríguez, por parte de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) para dirigir este organismo –dependiente de la Secretaría de Salud (SSa) para el periodo 2023-2028.
Arrieta es especialista en oncología médica, investigador nacional nivel III, fundador y hasta hoy jefe del Departamento Oncología Torácica del Incan.
Como investigador se ha enfocado en la realización de ensayos clínicos y protocolos de medicina traslacional para lograr la caracterización molecular y factores de riesgo para cáncer de pulmón en población mexicana y latinoamericana.
También se ha concentrado en la evaluación de nuevos biomarcadores, es decir, la identificación de mutaciones genéticas que pudieran estar asociadas con el tumor pulmonar, así como en el desarrollo de nuevos esquemas terapéuticos contra esta enfermedad.
Arrieta también fue designado por el Consejo de Salubridad General como responsable de la elaboración de un plan de atención integral del cáncer en México y del Registro Nacional.
Enhorabuena doctor Arrieta por tan importante designación que seguramente lo llevarán a concretar muchas acciones que emprendieron muchos de sus antecesores en el cargo –como el doctor Alejandro Mohar- como es el Registro Nacional de Cáncer con base poblacional que por tanto años se ha buscado y que sólo se ha quedado en el intento.