*Hablarle a un niño de segundo año de primaria de métodos anticonceptivos es inmoral y atenta contra su inocencia
*La carga ideológica de los textos es contraria a la educación laica y tiene como fin el adoctrinamiento
*Las faltas de ortografía y de certeza científica saltan a la vista
El tener 95 por ciento de fidelidad hacia un jefe de Estado y sólo el cinco por ciento de capacidad, ha traído graves consecuencias para México, principalmente en un tema tan delicado como es la educación pública, concretamente en los libros de texto gratuitos, tal es el caso de Marx Arriaga, un trasnochado comunista quien funge como titular de la Dirección General de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
El tipo es un inepto pese a que dice tener un doctorado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, y un diploma en estudios avanzados por la misma casa de estudios; También dice ser maestro en Teoría Literaria y licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Aunque la SEP trató de encriptar el contenido de los mentados libros para que no se conociera antes de tiempo su contenido, ejemplares de los mismos en formato PDF circulan ampliamente en redes sociales y en ellos se confirma el intento de envenenamiento ideológico de la niñez mexicana a través del contenido de dichos textos plagados de errores gramaticales, deficiente redacción y falta de apego a lo que marca la Ley General de Educación.
Por su aberrante contenido a petición de la Unión Nacional de Padres de Familia (ANPF), la jueza federal Yadira Medina Alcántara, Titular del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa, concedió una suspensión definitiva en contra de la entrega de los nuevos materiales dizque educativos.
Quien desacata la ley es un delincuente
Hay un principio básico en derecho que señala que quien desacata la ley, sea quien sea, es un delincuente, y legalmente Marx Arriaga se ha puesto por si mismo en esa condición al negarse a frenar la distribución de dichos textos y es tal su rebeldía que dice que defenderá hasta con su vida el contenido de dichos libros, obstinación que lo puede hacer merecedor de penas de hasta nueve años de prisión más lo que resulte.
Ofrecer la vida por una causa, no da la razón a quien la ofrenda, salvo que su objetivo sea construir un monumento a la necedad y rendir pleitesía a ultranza al mandatario en turno.