Segun la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 700,000 personas mueren anualmente por gérmenes que son resistentes a los antibióticos debido a la automedicación, esto porque el 50 % de los antibióticos se venden al consumidor de manera inapropiada.

Tan solo en América Latina el 80% de los habitantes de los países de la región pueden comprar antibióticos sin prescripción médica, y en el resto del mundo ocurre algo similar, razón por la cual la correcta utilización de los antibióticos se ha convertido en un pilar fundamental de la salud global.

En México, se prohibió la libre venta de antibioticos desde 2007, pero pese a todo el porcentaje de población que se automedica sigue siendo alto, si bien este porcentaje se redujo con el esquema de consultas médicas de bajo costo que establecieron muchas farmacias en el país.

De acuerdo a información de la farmacéutica Merck, la automedicación a largo plazo puede propiciar alergia y resistencia a los antibióticos, situación que resulta preocupante, ya que con el paso del tiempo surgirán nuevas bacterias y otros parásitos que no responderán a los efectos terapéuticos de los medicamentos.

Consumir medicamentos sin receta médica puede ocultar ciertas enfermedades ya que los fármacos pueden aliviar algunos signos que son relevantes para el diagnóstico preciso además de que existe la posibilidad de que los síntomas se confundan lo que lleva a un tratamiento inadecuado.