Como lo habíamos estimado en anterior reflexión, la República Islámica de Irán, decidió apoyar a Líbano, y atacó al orgulloso estado de Israel con 180 misiles de alta tecnología de los cuales varios de sus cohetes dieron en el blanco y causaron bajas en el centro de Israel lo que provocó una inmediata reacción de los Estados Unidos, que hasta ayer se habían mantenido hasta cierto punto distantes de su aliado judío, quien en las semanas previas había efectuado ataques casi simultáneos contra varios países árabes y se aprestaba a invadir por tierra a su vecino árabe.
Ante estos hechos la vía diplomática ha sido desechada como primera opción, y aunque la Federación Rusa, no se ha pronunciado en tal sentido nadie duda que en cualquier momento pudiera respaldar a Irán y que de pronto Vladimir Putin ordene el emvió de tropas y armamento hacia el país islámico, acción que incluso podría secudar la República Popular China y de este modo el mundo entraría al borde de la Tercera Guerra Mundial.
Por lo visto, los actuales líderes mundiales no aprendieron lo suficiente de las anteriores dos guerras mundiales, y no vacilan en acercarse hacia la destrucción total de la cual de la raza humana, en pie no quedaría ni su orgullo.
Tal vez ahora que se acercan las elecciones en los Estados Unidos, y que en el mundo gobiernan cada vez más mujeres, es probable que si Kamala Harris derrota al ex presidente Donald Trump y se convierte en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos, retire su apoyo bélico a Israel y lo convenza de volver a la cordura y frenar sus ansias de expansión, pues no le fue suficiente con extender por la fuerza su territorio hacia la región de Palestina, con lo que el mundo estaría a salvo de una conflagración, por lo menos en los próximos cuatro años.