Se espera en las próximas horas la llegada de aproximadamente 35,000 unidades de transporte público y privado, provenientes de diversos estados del país, en las que vendrán aproximadamente millón y medio de personas que participarán en la madre de las marchas el domingo 27 de noviembre, para celebrar los cuatro años de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esta manifestación de adhesión y respaldo a su líder ideológico, representará para el erario público un gasto de poco más de dos mil millones de pesos, en términos conservadores, los que bien se pudieron haber usado para comprar medicamentos para los niños con cáncer, lo malo de todo esto es que los menores no votan.
Hasta donde se sabe, una parte de los autobuses foráneos se estacionarán en las inmediaciones del Monumento a la Revolución, y de allí los contingentes se trasladarán a pie a la Columna de la Independencia, donde deberán estar presentes a partir de las 8:00 horas.
El desfile de simpatizantes y seguidores del Presidente de la República, está programado para dar inicio a partir de las 9:00 horas, los cuales al grito de “Es un Honor Estar Con Obrador” acompañarán al Jefe del Ejecutivo en su caminata hasta el Zócalo de la Ciudad de México, donde se efectuará un mitin en el que, el Jefe del Ejecutivo Federal hará uso de la palabra.
LA MAYORIA DE MEXICANOS RECHAZA DIVISIONISMOS
De este modo las huestes del gobierno de la Cuarta Transformación harán una demostración de músculo, pero, aunque desfilaran los 15 millones de seguidores que apoyan al Movimiento del Regeneración Nacional (MORENA) aún hay 75 millones de mexicanos en edad de votar, que han demostrado sin acarreos, con sólo una muestra de su fuerza electoral, que no quieren gobiernos de caricatura ni dictaduras perfectas, como tampoco simulaciones ni divisionismos.
El Presidente de la República está nervioso porque no esperaba una reacción tan numerosa de la Sociedad Civil, como la que se dio el domingo 13 de noviembre cuando más de tres millones de mexicanos a los que calificaron de conservadores, aspiracionistas, clascistas y otras denostaciones, desfilaron en forma ordenada sin causar disturbios para demostrar su hartazgo, y ese manojo de nervios que tiene envuelto al Primer Mandatario, lo confirma la marcha del domingo próximo.