Será en esta misma década cuando se generalice el uso de los autos impulsados por hidrógeno en el mundo, ya que, a diferencia de los eléctricos, las pilas se cargarán en estaciones de servicio tipo gasolineras y su autonomía será semejante a la que hoy proporciona la nafta, aunque ya hay algunas versiones que rinden hasta mil kilómetros por cada recarga.

De hecho, en España ya se aprobó el primer prototipo de este tipo de vehículos y es muy posible que pronto también lo tengamos en México, ya que estos automóviles arrojan vapor de agua por su tubo de escape en vez del contaminante humo.

Esto es así porque en estos autos el proceso electroquímico se efectúa en la batería, que produce la electricidad con la que el motor funciona y el residuo se convierte en vapor de agua que es arrojada por el tubo de escape, además de que solo se requieren cinco minutos para cargar la pila del automóvil.

Desde el año pasado las empresas automotrices han acelerado sus protocolos de investigación acerca del uso del hidrógeno en la industria, y hasta ahora las empresas más interesadas en estos automóviles son las que ofrecen servicios de transporte público de pasajeros, por la reducción en los costos de mantenimiento que esto representa.

Los autos impulsados por hidrógeno al igual que los eléctricos no estarán obligados a sujetarse a verificaciones obligatorias de niveles de contaminación ni tendrán que descansar uno o dos días a la semana cuando se presenten contingencias ambientales porque dicho en una palabra no contaminan además de que el hidrógeno es el combustible más abundante que existe en el universo.

INCONVENIENTES DE ESTOS VEHÍCULOS

No todo son ventajas en los autos de hidrógeno, pues como todo también presentan inconvenientes, el principal es su precio, cuestan más de un millón de pesos y no hay todavía suficientes estaciones de servicio para efectuar la recarga por lo que es probable que se tengan que hacer colas para obtener una recarga de combustible.

MEJORA LA SEGURIDAD

En cuestiones de seguridad, los automóviles impulsados por hidrógeno son más confiables que los de gasolina, porque si bien es cierto que este combustible es muy inflamable a alta presión para poder explotar además del oxígeno requiere de una fuente de energía que genere la ignición y si se toma en cuenta que el hidrógeno que se utilizará en los automóviles es de gran pureza el riesgo de explosión se reduce considerablemente porque debido a su alta volatilidad en caso de fuga genera una llama vertical que termina por extinguirse.