Pese a los amagos de las hordas morenistas que acusan un revés al pueblo y a las presiones contra la Suprema Corte de la Nación (SCJN) ejercidas desde la Presidencia de la República, la mayoría del Pleno de Ministros invalidó la primera parte del Plan B de Reforma Electoral, del Presidente Andrés Manuel López Obrador pese a que afuera del recinto, supuestos manifestantes populares pagados por quién sabe quién, hayan instalado un plantón, a final de cuentas los impartidores de justicia hicieron valer la ley.

Con esta sentencia, el Instituto Nacional Electoral (INE) sigue firme y la mayoría de los consejeros se mantienen en sus puestos, lo mismo que la estructura electoral que se pretendía desmantelar con el llamado Plan B.

La segunda parte del Plan B está destinada a correr la misma suerte, porque al igual que en la primera no se respetaron debidamente los procesos legislativos como tal lo hizo ver en su exposición de motivos el ministro Alberto Pérez Dayán, quien desechó las imputaciones que le hizo la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República y eso es más que suficiente para invalidar todo el Plan B de Reforma Electoral.

Guadalupe Taddei no impone, negocia.

Hoy mismo la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, negocia con los otros consejeros los nombramientos de los funcionarios que propuso, toda vez que la primera lista que presentó le fue rechazada, y si bien Taddei Zavala se siente identificada con la causa de la llamada Cuarta Transformación de la República, sabe que permanecerá en el cargo, lo que resta del sexenio y más allá del sexenio que viene.

Desde su llegada al frente del INE Taddei Zavala ha demostrado que no viene al Instituto a imponer condiciones y que tampoco es un caballo del troya del Presidente de la República, sino una mujer que sabe negociar, porque viene de las bases del INE y sabe bien cuales son las necesidades de la institución, que es lo que se necesita reformar sin menoscabo de la democracia ni del sano funcionamiento del organismo autónomo.

Lo mismo ha hecho en el Tribunal Supremo la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández, ha sabido dialogar con los diez ministros de la Corte, aunque dos no estén de acuerdo en muchas de sus decisiones, porque le deben lealtad al Presidente de la República, tal es el caso de la ministra Yasmín Esquivel Mossa que ha ido a contracorriente en las votaciones del Pleno que afectan los intereses de la Cuarta Transformación.

La mujer que aspiraba a ocupar la Presidencia de la Suprema Corte, hoy en día es parte de la minoría del Pleno, sobre la cual pesan además dos señalamientos de plagio intelectual, acusaciones nada cómodas para alguien que debería tener conducta intachable y que aun así ocupa un escaño en el  Máximo Tribunal, aunque con dos amparos de suspensión provisional contra la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)  por presunción de inocencia.

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