El diario Washington Post, en su sección en español publica un artículo de Mael Vallejo un periodista mexicano que afirma que América Latina es la región más mortal para periodistas y cita como ejemplo el caso de México, donde la Familia Michoacana es una de las organizaciones delictivas del crimen organizado que más se ensaña con los periodistas, a los cuales no vacila en encadenar ni torturar cuando las informaciones que los comunicadores publican, trastocan sus intereses o los de los políticos a los que sirven.

En un video, dice, se ve a dos hombres descalzos, encadenados de las manos y con los rostros desencajados, quien al ser filmado dice ante las cámaras «Nosotros somos parte del equipo de Escenario Calentano, y estamos aquí pagando consecuencias de las publicaciones que se realizaban en contra de estas personas», periodistas que habían sido secuestrados en diciembre de 2023 por dicho grupo delictivo y que fueran posteriormente liberados el 12 de enero.

Vallejo añade que durante el operativo militar en el que se capturó al supuesto narcotraficante Ovidio Guzmán, en Culiacán, Sinaloa, cuatro automóviles de periodistas fueron robados de los cuales uno fue quemado, y no conformes con eso, los narcotraficantes amenazaron a los comunicadores con armas de fuego y en las protestas que se realizaron en Perú, una veintena de periodistas fueron golpeados y asaltados por los manifestantes y además fueron detenidos por la policía peruana cuando realizaban su cobertura y a los cuales en forma previa habían lastimado con perdigones.

Además las estimaciones de periodistas que han sido asesinados revelan que la cifra de comunicadores muertos en 2022 oscila entre los 30 y los 42, lo que convierte a la América Latina en la región más mortífera para periodistas en todo el mundo, ya que a dictaduras como Cuba, Nicaragua y Venezuela, no les gusta que los periodistas publiquen lo que sucede en sus respectivos países.

En su artículo el comentarista dice también que los gobiernos de dichos países tienen en común un profundo desprecio por el periodismo, mismo que han hecho patente de forma pública y regular.