Ricardo Monreal Ávila, el político morenista que quiso ser Presidente de la República, cuya hija se quedó con las ganas de ser alcaldesa de la Cuauhtemoc, anunció lleno de orgullo la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) un organismo autónomo que lucha por la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno, algo que no gusta a quienes sostienen el estandarate de la Cuarta Transformación, comenzando por el ex gobernador de Zacatecas que hoy es abucheado hasta en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autoónoma de México, por el estudiantado en la que imparte cátedra.
Pese a las fanfarrias del político del Partido MORENA, Lo cierto es que al borrar al INAI de la Administración Pública Federal, el gobierno de la Cuarta Transformación oficializa la opacidad y la no rendición de cuentas, genera desconfianza incluso en quienes votaron a su favor el pasado 2 de junio y causa incertidumbre en los inversionistas nacionales y extranjeros, aunque Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial se afane en afirmar lo contrario, porque una cosa es que los hombres del dinero prometan inversiones en México por 20,000 millones de dólares y otra muy distinta que cumplan, porque para ellos salvaguardar sus capitales es su principal prioridad.
El INAI es un organismo público que funciona bien, obliga a las dependencias de la Administración Pública Federal, a proporcionar a los ciudadanos la información que requieren sin que estos tengan que hacer enormes filas para ser atendidas, lo hace en un tiempo razonable y siempre en el marco de la ley, pero esto a los morenistas no les gusta y como ejemplo cito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuyos funcionarios hacen hasta lo imposible por no pagar las pensiones a las que los trabajadores tienen derecho por sus años de servicio o bien el reintegro de sus ahorros de retiro y les pone una y mil trabas para desalentarlos y estos opten por resignarse y dar por perdidos derechos que les pertenecen.
Hacen falta iniciativas del ley que efectivamente protejan al trabajador de los abusos de los directores del IMSS en turno y no que lo despojen de los ahorros acumulados durante toda su vida, para darlos a electores que quizá jamás cotizaron ante el Instituto, todo para mantenerse en el poder a costa de lo que sea durante el mayor tiempo posible sin importar los costos sociales ni las consecuencias económicas que ello signifique, conservar el poder por el poder y nada más.
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