Cuando se creía que los gestos de buena disposición entre la presidente de la República, Claudia Sheinbaum Pardo y la ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Norma Lucía Piña Hernánderz, destrabarían el tema de la validación jurídica de la Reforma Judicial, una embestida de la titular del Poder Ejecutivo Federal contra la jueza veracruzana Nancy Juárez, ha vuelto a congelar y a tensar la relación entre poderes, ante lo cual los juzgadores federales decidieron reanudar su paro y aunque la mandataria asegure que los Ministros no le bajarán la citada reforma, lo cierto es que mientras que por ley existan impugnacines constitucionales, aunque las Cámaras de Diputados y de Senadores así como los congresos de 20 estados de la República hayan ratificado su promulgación, lo cierto es que la Reforma Judicial no tendrá validez jurídica hasta que la Corte haya desahogado todas las impugnaciones y para ello se puede tomar todo el tiempo del mundo.
Sabedora de esta situación, la consejera presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Guadalupe Taddei Zavala, decidió frenar el proceso de preparación de las elecciones federales extraordinarias de 2025, mediante las cuales el pueblo de México habrá de elegir a jueces y magistrados, sin importar que las propuestas de nombramientos se hayan elegido en forma torpo por tómbola donde a los organizadores del sorteo hasta las bolitas se les cayeron ante el Pleno, y aunque la presidenta Sheimbaum Pardo la presione para que se acelere el proceso, Taddei Zavala sostuvo en su última conferencia de prensa que el instituto que preside será respetuoso de las decisiones de los jueces.
Por su parte los jueces ya tomaron distancia y ante la embestida presidencial contra una de sus miembros, decidieron reactivar su paro de labores, y de este modo congelar por tiempo indefinido la impartición de justicia y si ya de por si existía un gran rezago en la imposición de sentencias en los procesos de las personas que se encuentran en prisión, con la suspensión de labores, el rezago judicial será todavía mayor y la saturación en las cárceles no se diga.
Claudia Sheinbaum Pardo tiene fama de ser una mujer de hierro que no se detiene ante nada, pero asumió la primera investidura del país en un mal momento, porque su antecesór Andrés Manuel López Obrador, le había dejado activa una bomba de tiempo en la que la nueva presidente tendrá que tejer muy fino para que el artefacto económico y político no le estalle en la cara.
Los diputados y senadores todavía tienen en sus manos una carta fuerte que es la asignación presupuestal, donde a través de los salarios y prestaciones intentarán presionar a jueces, magistrados y ministros, para que le bajen tres rayitas a su autonomía, pero por lo visto hasta hoy los ministros clave no han dado su brazo a torcer ni lo darán, y por lo tanto la Reforma Judicial continuará en el aire, e incluso el Poder Judicial tiene la facultad de devolver al Senado las leyes correspondientes si los ministros encontrasen inconsistencias o errores en los procedimientos que la Corte pudiera considerar anticonstitucionales para que los otros poderes las corrijan.
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