Las reacciones en el Capitolio al Plan B de Reforma Electoral aprobado por el Congreso Mexicano pese a sus inconstitucionalidades, fueron inmediatas y muy duras, tanto que ponen en riesgo la relación bilateral entre los dos países.

Representantes tanto demócratas como republicanos coincidieron en acusar que el Plan B sabotea la endeble democracia mexicana que con el Instituto Nacional Electoral (INE) había logrado importantes avances democráticos, que hoy están en riesgo por el empecinamiento del Presidente de México, de imponer una legislación a modo para favorecer sus intereses político electorales.

De acuerdo a la información que publica hoy el Diario El Mañana, el senador demócrata Bob Menéndez y el republicano Michael Mc Caul, presidentes de los Comités de Relaciones Exteriores del Senado y del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, acusaron al Presidente López Obrador de sabotear las instituciones democráticas en forma reiterada.

Los legisladores estadounidenses dijeron que regresar a México a su oscuro pasado de elecciones controladas no solo hace retroceder el reloj de la democracia, tal obstinación afecta las relaciones diplomáticas entre los dos países, y aseguraron que el mandatario mexicano no pasará a la historia como un demócrata, dados los constantes ataques contra un organismo autónomo, contra el árbitro electoral de México.

Dijeron que el pueblo de México merece una autoridad independiente, capaz de realizar elecciones libres y justas y de ser gobernado por líderes que respeten el estado de Derecho.

NO SE INMISCUYAN EN NUESTROS ASUNTOS

La gota que derramó el vaso fue el pronunciamiento que hizo el morenista Ignacio Mier, presidente de la Junta de Coordinación Politica (JUCOPO) de la Cámara de Diputados, quien exigió a los legisladores estadounidenses no inmiscuirse en los asuntos internos de México, lo que desató un clima de tensión entre los dos congresos.