Aumenta el cáncer hematológico en México con más de 18 mil casos al año, principalmente de leucemia y mieloma múltiple

Hace apenas unos días –en el marco del Día Mundial Contra el Cáncer (4 de febrero)– hacía referencia a la tendencia en el aumento de nuevos casos, de todo tipo, incluido el cáncer hematológico.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer en México durante 2020, provocó más de 90 mil muertes y más de 195 mil nuevos casos. Mientras que datos del INEGI señalan que los fallecimientos por tumores malignos en el primer semestre del 2022 se ubicaron como la tercera causa de muerte entre la población mexicana.

En nuestro país la incidencia de cáncer en la sangre está aumentando con más de 18 mil casos, principalmente de leucemia y mieloma múltiple; ocupando el tercer lugar en los hombres y el sexto entre las mujeres.

En tanto que la leucemia representa el 50 por ciento de los cánceres infantiles y es una de las principales causas de muerte en adultos varones, mientras que, el mieloma múltiple impacta principalmente a personas de 60 años en adelante y en menor medida a personas de 30 a 50 años.

Linfoma, la enfermedad silenciosa que afecta los ganglios

De los casi 100 tipos de linfomas identificados previamente, solo el 50 por ciento son curables; de ahí la necesidad de insistir en la detección temprana y un tratamiento oportuno; lo cual solo se podrá lograr en la medida de que reduzca el tiempo de espera, entre que la persona acude al médico de primer contacto al presentar algún síntoma, hasta que la enfermedad es detectada y, posteriormente, canalizado al especialista (oncólogo). 

En este escenario en el que se esperan nuevos casos de tumores malignos –entre otras causas porqué la enfermedad tiene que ver con el envejecimiento de la población- el cáncer hematológico no es la excepción. Empero, a diferencia de otro tipo de neoplasia, el linfoma no se puede prevenir, pero si se puede llegar a detectar en etapa temprana si se presta atención a algunos signos como: cualquier bulto indoloro en el cuello, las axilas o la ingle.

Y es precisamente atención lo que debemos tener al estar frente al espejo, porque la mayoría de veces nos miramos al espejo en automático, pero no siempre observamos a detalle; y si no ponemos atención en el cuello, mucho menos en las axilas o la ingle. Nadie como uno mismo para conocer nuestro cuerpo; de ahí que al menor cambio  o signo que se detecte se debe acudir al médico para que determine si se trata de algo de cuidado o no, porque el hecho de que no duela o cause molestia, no quiere decir que no se pueda tratar de algo grave. No hay que olvidar que la mayoría de los tumores malignos son asintomáticos en sus primeras etapas.

Por desgracia, habrá de reconocer que hoy en día el diagnóstico de linfoma representa un desafío, luego de que los síntomas pueden ser imprecisos, como: fatiga, fiebre, sudores nocturnos e inflamación de los ganglios linfáticos; este último también se puede observar en otro tipo de padecimientos.

Al paso del tiempo se ha podido se ha podido determinar que la mayoría de los pacientes que desarrollan linfoma no necesariamente tienen una condición preexistente. Sin embargo existen algunos factores que contribuyen a que el padecimiento se pueda presentar, como el haber recibido previamente terapia inmunosupresora, pacientes con VIH o infecciones crónicas como la hepatitis C”.

Homero Fuentes de la Peña, presidente y fundador de Pro Oncavi, A.C., enfatizó  la importancia de la detección oportuna en los cánceres hematológicos, debido a que dicha detección se relaciona de manera lineal con mejores resultados de tratamiento como: una mejora en el pronóstico de los pacientes, reducción en las complicaciones y un ahorro importante de los recursos económicos.

Durante la conferencia sobre la situación que guardan los cánceres hematológicos en México (convocada por Pro Oncavi), Eduardo Baños Rodríguez, Coordinador de la Clínica de linfomas, neuroblastoma, sarcomas, tejidos blandos y tumores raros del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre del ISSSTE, informó que de acuerdo a los reportes nacionales y su experiencia, las leucemias linfoblásticas y el linfoma de Hodgkin representan las principales neoplasias hematológicas atendidas en dicha instancia.

El especialista refirió que en ese centro médico se llevan a cabo acciones que han permitido mejorar la sobrevida de la población infantil con neoplasias hematológicas, como la capacitación a médicos de primer contacto, paramédicos y padres de familia; información sobre signos y síntomas de sospecha de un cáncer en la sangre, con la finalidad de acortar los tiempos de la valoración médica y realizar una pronta referencia a los servicios de tercer nivel (especialidad).

La unidad a su cargo cuentan con dos programas: el primero es “La hora dorada” en colaboración con el St. Jude Childrens Research Hospital, que permite dar un tratamiento oportuno a los pacientes con neutropenia; una complicación frecuente en niños con neoplasias hematológicas. El segundo es el programa EVAT (Escala de Valoración de Alerta Temprana) que consiste en detectar a tiempo a pacientes críticos e iniciar de forma oportuna el tratamiento de las complicaciones, informó.

Ante el panorama que guarda el cáncer hematológico en nuestro país, Pro Oncavi y especialistas de instituciones de salud en México impulsan acciones para crear conciencia sobre la detección oportuna de este padecimiento. Una de ellas es darle visibilidad a este tipo de neoplasias e informar a la población sobre los signos y síntomas de estos cánceres silenciosos. Además de la campaña #AlertaCALF y #JuntosContraLaLeucemia en redes sociales, con el objetivo de llevar información precisa y reciente sobre el mieloma múltiple y las leucemias; en especial la leucemia linfoblástica aguda, que es uno de los cánceres con mayor incidencia, así como sensibilizar acerca del impacto psicológico de estas neoplasias en los pacientes y familiares de pacientes.

Neutropenia, anemia y complicaciones óseas: principales padecimientos asociados a los pacientes oncológicos

Sin bien es cierto que el detectar y tratar a tiempo el cáncer permite en muchos de los casos superar la enfermedad, también es un hecho que las terapias o procedimientos (como la quimioterapia y radioterapia) para el logro de dicho objetivo, pueden provocar efectos, dependiendo de cada paciente. A efectos o complicaciones se les conoce como Enfermedades asociadas al cáncer y a sus tratamientos.

En México –por desgracia- el 70 por ciento de casos con cáncer son detectados en etapas avanzadas, lo que hace que el pronóstico de vida del paciente sea reservado  y el costo del tratamiento se incremente sustancialmente.

Y fue precisamente para hablar de las enfermedades asociadas al cáncer que la Fundación Salvatti A.C. convocó al Taller/Conferencia #MásAlláDelCáncer, donde especialistas coincidieron en la importancia de que tanto el paciente como familiares y/o cuidadores conozcan sobre las complicaciones que traen consigo los tratamientos oncológicos, y puedan estar alertas para comunicarle al médico tratante sobre algún cambio o alteración.

Una vez que los pacientes reciben un tratamiento de quimioterapia o radioterapia, es muy probable que se presenten enfermedades secundarias, como la Anemia, Neutropenia y  Complicaciones Óseas.

La Anemia se caracteriza por la disminución de glóbulos rojos que representa niveles de hemoglobina considerados en leve, moderada y grave. Una persona con cáncer puede padecer anemia como consecuencia de la quimio o la radioterapia, principalmente.

Durante su intervención, Patricia Cortés Esteban, oncóloga del “20 de noviembre”, informó que “de acuerdo con el estudio ECAS1, el 39 por ciento de los pacientes con cáncer son anémicos, en el momento del diagnóstico y aproximadamente un 68 por ciento presentará algún grado de anemia durante su tratamiento (dependiendo el tipo de cáncer).  De ahí la importancia de brindar información a los pacientes sobre los posible efectos secundarios de su tratamiento”, enfatizó.

También se refirió a la Neutropenia; “un aspecto frecuente de los pacientes con oncológicos que reciben tratamiento, tanto de quimioterapia, radioterapia, o quimioradioterapia combinado. Incluso, existe apoyo con factores estimulantes de colonias de granulocitos, para la neutropenia o factores estimulantes eritropoyesis para la anemia. Con esto, buscamos que el paciente: tenga un tratamiento exitoso y sobre todo que, mejoremos su calidad de vida”, explicó.

La Neutropenia es la disminución de la cantidad de neutrófilos circulantes en la sangre (disminución de los glóbulos blancos que nos defienden contra infecciones). Este padecimiento es uno de los efectos secundarios más riesgosos de la quimioterapia.

Mientras que la Neutropenia Febril (con fiebre) es una emergencia médica que se asocia con un mayor riesgo de hospitalización y uso de medicamentos antimicrobianos intravenosos. Cierto grado de neutropenia se produce en la mitad de las personas con cáncer que reciben quimioterapia. Por ello, existen tratamientos para combatir la neutropenia, en el abordaje profiláctico y terapéutico, reduciendo la posibilidad de padecer la enfermedad.

En tanto que las Complicaciones Óseas, relacionadas con el cáncer, debilitan los huesos y pueden ocasionar fracturas si tardan en detectarse, afectando la calidad de vida del paciente. Los tratamientos para estos casos ayudan a reducir o desacelerar el crecimiento de las metástasis de los huesos.

Por último, (el también) especialista en oncología del 20 de Noviembre, Alberto Suárez Zaizar, expuso que para “prevenir una complicación ósea, debemos: conocer el tipo de cáncer y su evolución, identificar signos, síntomas y factores de riesgo del paciente, realizar estudios de imagen dirigidos a determinar la calidad o involucro óseo (Densitometría Ósea, Gammagrama o Rastreo Óseo, tomografía, resonancia magnética, PET/CT), conocer el inicio, la duración del padecimiento y los tratamientos recibidos y evitar que avance el padecimiento y ocurran fracturas o compresión medular”.

Todo ello pudiera parecer muy complicado y desgastante para el paciente –y de hecho lo es- pero bien vale la pena por recuperar la salud y seguir viviendo.

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