En México, más de millón y medio de mexicanos viven con glaucoma y lo triste de esta situación es que muchos de ellos ni siquiera lo saben debido a un diagnóstico tardío, la automedicación con gotas para los ojos y deficientes políticas públicas en salud para concientizar a la incidencia de esta enfermedad que puede causar ceguera.
De acuerdo a información de la Asociación Para Evitar la Ceguera en México, IAP, el glaucoma es un padecimiento que afecta el nervio óptico al causar daños en la visión periférica, la que con el tiempo puede provocar la pérdida definitiva de la visión, por lo cual se considera al glaucoma como un padecimiento de los ojos altamente incapacitante.
En el marco del Día Mundial del Glaucoma, que se conmemora el 12 de marzo, a este respecto la doctora Magdalena García, jefa del servicio de Glaucoma en APEC, Hospital de la Ceguera, afirmó “las personas que viven con glaucoma, generalmente pierden campo visual antes de notar que tienen problemas con sus ojos, sin embargo, existen factores que son una alerta para identificar a los pacientes que pueden llegar a desarrollar esta enfermedad, como: tener antecedente familiar directo de glaucoma, hipertensión ocular, predisposición por raza, edad avanzada, miopía o hipermetropía elevada, diabetes, enfermedades que afectan la circulación, antecedentes de cirugía ocular, golpes directos entre muchos otros”.
Además, estudios revelan que, en las próximas tres décadas, el número de personas mayores de 60 años incrementará a más del doble, es decir, representará a 1,500 millones de personas para el año 2050 en todo el mundo y el 80% de ellas vivirá en países de ingresos bajos y medianos.
Asimismo, esta enfermedad ocular, suele impactar la calidad de vida de las personas a gran escala, ya que influye en el aumento de la prevalencia e incidencia de depresión, caídas, accidentes de tráfico, fracturas de cadera, mayores tasas de dependencia, así como el impacto psicológico ante el diagnóstico de una enfermedad crónica, los posibles efectos secundarios del tratamiento, el impacto económico por disminución de la función física y el costo de la atención médica”, afirmó la doctora García Huerta.
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