Entre las muchas frases que pronunció la doctora Claudia Sheinbaum Pardo en su discurso de toma de protesta como presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ante el Honorable Congreso de la Unión, hubo una que invita a la reflexión, al análisis e incluso al debate, aquella de que no regresará la guerra contra el narco, esto en momentos en que por el tráfico de fentanilo, y roces por la captura de algunos capos de la droga, las relaciones entre los Estados Unidos y su vecino México, están no solo distanciadas, sino suspendidas, porque eso significa que los ajustes de cuentas entre los cárteles continuará, que Sinaloa continuará tiñendose de rojo y que el futuro del país al menos en lo inmediato se vislumbre más que sombrío.
Los inversionistas esperaban un discurso distinto al del presidente López Obrador, que infundiera la confianza necesaria a los hombres del dinero para la recuperación del crecimiento y el avance económico de la nación, pero lo que se escuchó fueron frases huecas, que parecieran ser una simple calca del presidente saliente, cuando la nueva mandataria prácticamente calificó de irresponsable al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, que se atrevió a intentar poner orden en un país que desde entonces ya estaba más que convulsionado.
Si para la señora Sheinbaum Pardo, la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, significa continuar con la destrucción de instituciones, y echar por la borda nuestra joven democracia, vientos más que negros son los que le esperan a México de un sexenio que ha niiciado con el pie izquierdo, con el Palacio Legislativo de San Lázaro, amurallado con gruesas hojas de lámina de acero de color azul, y con filtros de acceso que se extendieron hasta la parte trasera del recinto al que arribaron los representantes de 105 países, entre ellos Jill Biden, esposa del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, la cual alcanzó a apreciar las extremas medidas de seguridad en las que se llevó a cabo la toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo.
Dentro del recinto, el clima que se respiró también fue bastante tenso, pues el grupo parlamentario de Morena temía que los legisladores de oposición, lanzaran consignas de proesta o bien abandonaran en bloque el salón de sesiones, donde diputados y senadores sesionaban constituidos como Congreso de la Unión, un acto más que solemne, donde la profesora Ifigenia Martínez, vieja luchadora de las causas de izquierda, a pesar de lo mal que por dentro se sentía , debido a problemas de salud propios de su avanzada edad, de su flaqueza sacó fuerzas para recibir del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, la banda presidencial plasmada con los colores patrios y el escudo nacional, para entregarla a la nueva presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, acto con el cual el país inicia una nueva era, ahora con el mando de una mujer.
FOTO DE LA BBC DE LONDRES