Por Naix’ieli Castillo, Ciencia UNAM-DGDC
Todos hemos caído alguna vez en la trampa de la información falsa. Parece tan real que es difícil cuestionarla al primer vistazo, necesitamos desarrollar una mirada crítica.
El Tlatelolco Lab, Laboratorio Digital para la Democracia, puede ayudarnos; es un novedoso proyecto comprometido con la investigación y la defensa de la democracia. Conjunta diversas disciplinas para hacer un análisis de los medios y de las redes sociales e impulsar una actitud crítica en pro de la sociedad.
Para realizar su trabajo, reúne especialistas en humanidades, ciencias sociales y políticas, ciencias físicas y matemáticas, sistemas complejos y desarrollo de software que colaboran para ofrecer una lectura de conjunto a los procesos mediáticos. Su objetivo es consolidar la relación entre ciencias sociales y ciencias exactas para hacer una aportación en el análisis político pero fundamentado en estas disciplinas.
Parte de su trabajo consiste en analizar hechos informativos o coyunturales para identificar mensajes o narrativas que se usan en los medios de comunicación públicos o privados y en las redes sociales.
Un ejemplo de estos análisis se puede apreciar en el caso de la violencia ocurrida el 5 de marzo de 2022 en el Estadio La Corregidora, en Querétaro, cuando barras de aficionados de dos equipos de futbol se enfrentaron.El hecho ocurrió aproximadamente a las 7 u 8 de la noche y para las 10 pm de ese mismo día las imágenes de actos de violencia desmedidos circularon en las redes sociales.
Investigadores del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) hicieron un análisis del hecho informativo y plasmaron sus resultados en un hilo de Twitter titulado: ¿Una imagen vale más que mil declaraciones? Shock moral e indignación colectiva tras la tragedia en Querétaro.
La maestra Marcela Román Valadez explicó a Ciencia UNAM algunos aspectos del análisis. Ella está adscrita al Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad y forma parte del equipo de Tlatelolco Lab.
Parte de los especialistas se encargan de la evaluación desde las ciencias políticas y otra se ocupan de recabar la información en términos de análisis de palabras y cuantificar la información. “Ellos ven que cuentas participaron, la cantidad de información que produjeron y cuáles fueron las palabras que constituyeron el principal contenido” señala.
La investigadora comenta que en el caso de lo ocurrido en Querétaro, Tlatelolco Lab se planteó analizar lo ocurrido en dos vertientes, como hecho histórico y como hecho informativo.
“Hubo un conflicto en el estadio donde hubo heridos, donde se mostraron diversos tipos de violencia y nos interesamos por ver de qué manera la sociedad se enteró del hecho a través de las redes sociales y a través de los medios de comunicación” agrega.
- Los especialistas de Tlatelolco Lab analizaron 480,665 tweets vinculados a los hashtags relacionados con el hecho, realizados entre el 5 y 9 de marzo de 2022 para analizar su comportamiento temporal y contenido temático e identificar las publicaciones más compartidas.
Los investigadores se interesaron por analizar esta noticia que se había convertido en un hecho mediático a través de redes sociales gracias a la producción de imágenes violentas, pero que no tenía confirmación de ninguna autoridad en el sentido de pérdida de vidas humanas.
Shock moral
La maestra Marcela Román explica que la crudeza de los videos fue una de las razones de la viralización de este hecho. Desde la sociología de las emociones identificaron el fenómeno conocido como shock moral. Este es un proceso cognitivo y emocional que fomenta la participación social. En el shock moral, las personas al ver materiales impactantes se unen a una causa, aunque no tengan lazos preexistentes con los miembros de una movilización.
“El shock es un mecanismo de defensa humano que se activa cuando está en peligro la vida. Frente a las graves imágenes de violencia en donde se apreciaba a hombres golpeando a otros individuos indefensos se genera en la sociedad una sorpresa inmediata ante los hechos y una indignación que lleva a querer saber quienes fueron los responsables y cuestionar quién tenía que haber actuado frente a lo que pasó”. Si a esto se suma que los hechos se dieron en un país donde la violencia es un problema grave y hay hartazgo de la sociedad, la indignación es aún mayor.
Otro fenómeno que se identificó es el “escrache” o “shaming”, un tipo de condena pública que genera una acción colectiva que busca justicia. Así mismo, las imágenes de familias asustadas, vulnerables, tratando de protegerse de la violencia, generaron un contagio emocional en los usuarios de redes que contribuyó a la difusión masiva de las publicaciones relacionadas.
Difusión de noticias falsas
“El conflicto en el estadio fue real y la violencia también lo fue, sin embargo, resultó falso que hubiera 20 muertos. Para ese momento la indignación era tal que se generaron una serie de respuestas en redes sociales en las primeras 12 horas a partir de que ocurrieron los hechos”. Numerosas reacciones fueron en el sentido de que las autoridades ocultaban o negaban las muertes.
En el hilo de Twitter creado por los investigadores de Tlatelolco Lab se muestra de forma detallada y con ayuda de gráficas cómo se fue generando este hecho informativo, quiénes fueron los actores que generaron la información y de qué manera no importó la confirmación de los hechos.
“El efecto fue muy poderoso porque salió desde muchas cámaras; todos tuvimos acceso inmediato a las imágenes y nos sentimos afectados por estas porque esa violencia se presenta en otros espacios del país y es un reflejo de lo que los ciudadanos ya no queremos”.
Los integrantes del Tlatelolco Lab encontraron en su análisis que aún después de las declaraciones oficiales en el sentido de que no había muertos, surgieron hashtags en el sentido de que si los hubo. “Este hecho es un ejemplo de cómo se construye una mentira y lo complicado que es salir de ella una vez que la mayoría piensa que se trata de una verdad”.
Este tipo de análisis son importantes para los estudios sobre democracia declara la maestra Marcela Román. “En Tlatelolco Lab consideramos que las redes sociales son espacios de interacción social y política. El propósito de los hilos como al que esta nota hace referencia, es cuestionar cómo nos informamos los ciudadanos, cómo difundimos lo que creemos y cómo actuamos cuando creemos incidir políticamente”.
Con los hilos de Twitter los investigadores se proponen contribuir a que los ciudadanos nos demos cuenta de que la información que se genera en espacios digitales tiene una capacidad inmensa de incidir políticamente, pero no siempre las estrategias que se usan son limpias; por ejemplo, existe el uso de bots, cuentas pagadas, cuentas automatizadas y los ciudadanos debemos ser conscientes de estos fenómenos para informarnos mejor.
Las redes sociales son espacios complejos que hay que aprovechar y usar para impulsar la democracia y la pluralidad, pero también es importante ser críticos y consientes de los límites que estos medios imponen.
En esta liga es posible acceder a otros análisis de Tlatelolco Lab sobre coyunturas y eventos
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