Cuando todo estaba en calma, cuando la gente aún lloraba la desaparición de sus familiares atrapados entre los escombros de la zona destruida por el Huracán Otis, en el puerto de Acapulco, en el estado de Guerrero,de pronto aparecieron de la nada sobre las aceras de la Avenida Costera Miguel Alemán familias enteras de hombres, mujeres, niñas y niños, abuelas y abuelos que se dedicaron a saquear las tiendas colapsadas por el fenómeno en lugar de ayudar a rescatar de entre los vestigios adáveres o personas atrapadas.
En los propios carritos de autoservicio llenaron con mercancías dichos vehículos para llevarlas quien sabe a dónde sin que autoridad alguna sea policía municipal, estatal, federal, Guardia Nacional, soldado o marino se los impidiera.
En los vídeos que la gente ha puesto a circular en redes sociales, se observa como de manera impune sujetos mal vestidos que ni siquiera camisa llevan, se roban, porque no se puede decir de otra manera, sí, se roban teléfonos celulares, pantallas de plasma, ventiladores, equipos de sonido, computadoras, consolas de videojuegos y otros equipos caros, mientras en las calles verdaderos damnificados aún buscaban entre los escombros a sus familiares muertos.
Una hora después del saqueo, tiempo suficiente para que los criminales huyeran llego al lugar de los hechos un convoy con policías y guardias nacionales dizque a resguardar la zona devastada cuando en realidad las tiendas y comercios de la zona ya habían sido saqueadas por supuestos damnificados.
Estas denigrantes escenas de rapiña que ya le han dado la vuelta al mundo para vergüenza de México, confirman que en nuestro país la delincuencia está protegida por los mismos gobiernos surgidos de la mal llamada Cuarta Transformación.
FOTO DE ANIMAL POLITICO