Científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) encontraron que el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer podría verse atenuado cambiando la microbiota intestinal, retrasando así el deterioro cognitivo y reduciendo las respuestas neuroinflamatorias relacionadas con la amiloidosis cerebral.

El estudio, publicado recientemente en el International Journal of Molecular Sciences, contó con la participación de Gustavo Pacheco López y Sofía Yolanda Díaz Miranda, investigadores de la UAM y UNAM, respectivamente, así como de Jaime García Mena y Karina Corona Cervantes, investigador y estudiante de doctorado del Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav.


Estos últimos recalcaron la importancia de la microbiota bacteriana en la salud humana, al mencionar que ciertos elementos necesarios para el cuerpo humano son producidos por bacterias, como moléculas relacionados con neurotransmisores del sistema nervioso.
En ese punto se sustenta el referido estudio, al analizar el desarrollo de la enfermedad en modelo preclínico (animales genéticamente modificados) para producir sintomatología del alzhéimer.
El estudio consistió en examinar el progreso de la sintomatología de la enfermedad neurodegenerativa en roedores, a cuya madre se le administraron antibióticos durante la lactancia; al tiempo que se monitoreó el proceso de un grupo control de roedores sin antibióticos de por medio.

“El experimento buscó identificar los cambios en el tránsito de la enfermedad de las crías cuando se disminuye la microbiota de la madre, incluyendo bacterias que, por alguna razón, podrían estar relacionadas con el alzhéimer, como es el caso de aquellas con lipopolisacáridos en su estructura”, señaló la investigadora Corona Cervantes.


Adicionalmente, los investigadores realizaron pruebas conductuales en la progenie, así como el análisis de la presencia de la proteína tau y placas amiloides en distintas regiones de su hipocampo, las cuales están relacionadas con la muerte neuronal en la enfermedad de Alzheimer.


Entre los resultados destacados de la investigación, sobresale el hecho de que las crías de las madres administradas con antibióticos no presentaron tantos síntomas de la enfermedad en etapas tempranas, o su presencia era más tardía. Además, tenían menos placas amiloides en el hipocampo, que es una de las características principales del alzhéimer, su comportamiento conductual fue más normal y se reconoció una mejor memoria. Sin embargo, la proteína tau estuvo tanto en el grupo control como en el experimental.

De esa manera se vio que, al emplear antibióticos, se modificó la microbiota y se favoreció la presencia de bacterias que producen precursores de neurotransmisores y moléculas protectoras que reducen la inflamación.