El relajamiento en el suministro de vacunas a la población que lo necesita puede poner en aprietos al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y no es casual que el brote de parálisis flácida aguda, que se registró en Tlaxcala, nos pudiera advertir del resurgimiento de la poliomielitis, pues no hay que olvidar que este tipo de parálisis es una de las consecuencias del virus salvaje de la poliomielitis y eso para los mexicanos sí debe ser una cuestión de seguridad nacional que debe ser investigada hasta sus últimas consecuencias por el alto riesgo que esto representa para la población infantil.
En un estudio denominado «Poliomielitis y Parálisis Flácida Aguda», que llevaron a cabo los doctores Raúl Montesano Castellanos, Sergio López Moreno, Hilda Alcalá Negrete, coordinados por el doctor Roberto Tapia Conyer, apunta en sus antecedentes que a pesar de que existen indicios de que la poliomielitis ha sido un problema de salud desde hace varios siglos, este síndrome sólo atrajo la atención de los médicos hacia finales del siglo XVIII, cuando su creciente distribución mundial impulsó la publicación de diversas descripciones clínicas.
El primero que recabó y describió clínicamente un número considerable de casos fue Heine, en Cannstadt, Alemania, en 1840.’ A partir de ese momento se inició el reconocimiento de la poliomielitis como un padecimiento clínicamente individual, distinto de otras parálisis flácidas como las que acompañan al Síndrome de Guillain-Barré, la polirradiculoneuritis, la mielitis transversa, la lesión del nervio ciático, la intoxicación por Karwinskia humboldtiana, así como cualquier otra alteración neurológica que curse con parálisis flácida. Todos estos cuadros conforman el síndrome de parálisis flácida aguda (PFA) y su estudio es indispensable para la vigilancia epidemiológica de la poliomielitis.
En consecuencia lo ocurrido en el estado de Tlaxcala no se debe tomar a la ligera pues es un jalón de orejas del mismo Dios Altísimo que nos advierte que no debemos bajar la guardia y que han que impulsar con todos los recursos que sean necesarios para dar un nuevo impulso a los esquemas de vacunación para que en los estantes de los centros de salud, unidades de medicina familiar y hospitales de alta especialidad haya vacunas suficientes de todas las enfermedades que por su peligrosidad representen un riesgo para la población mexicana.
Incluso en el Senado de la República hay preocupación por el tema de la vacunación, donde legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) subrayan la importancia de que todos los menores de edad cuenten con un cuadro de vacunación completo, lo que no puede ser subestimada por las autoridades federales de salud, y quienes además sostienen que más allá de ser un asunto de responsabilidad individual, se trata de un tema crucial para la salud pública y el bienestar social de toda una comunidad.
Los priistas presentaron un Punto de Acuerdo para exhortar al Ejecutivo federal a reforzar la planeación y la inversión en programas de vacunación, que se mejore la accesibilidad a las vacunas y se fortalezcan los sistemas de salud para garantizar una distribución equitativa y eficiente, así como la instrumentación de un programa de capacitación y concientización sobre la importancia de la vacunación.
Aseguran que las vacunas no solo protegen a los niños y niñas de enfermedades peligrosas, sino que también contribuyen a la inmunidad colectiva, lo que significa que al vacunar a una gran parte de la población se reduce la propagación de enfermedades, beneficiando a aquellos que no pueden ser vacunados por razones médicas.
EL RELAJAMIENTO EN LA VACUNACIÓN ES REAL Y PELIGROSO
Nuestro país, aseguran, enfrenta desafíos significativos en cuanto a la cobertura de vacunación, como lo demuestran las cifras que revelan que una gran cantidad de niños no han recibido las dosis necesarias para estar protegidos. Esto no solo pone en riesgo la salud individual de cada niño, sino que también aumenta la posibilidad de brotes de enfermedades prevenibles.
Refieren que cifras de la última Encuesta Nacional de Salud indican que no solo existe una gran cantidad de niños sin ninguna dosis de vacunas, sino que además el 74% de los niños de 2 años y el 40% de los niños de un año no cuentan con el esquema completo de vacunación.
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