La decisión del Grupo Parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en la Cámara de Diputados, que encabeza Ignacio Mier, de reactivar justamente ahora el proceso de desafuero del diputado  Alejandro Moreno Cárdenas, Presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para forzar el voto priísta a favor de la Reforma Electoral que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirma que los líderes de ese partido en la Cámara Baja se comportan más como “porros” que como legisladores al actuar como viles chantajistas políticos y luchadores callejeros.

Está claro que el Poder Judicial de la Federación no debe caer en este tipo de chantajes y si ha de ejercer acción penal contra Moreno Cárdenas porque éste violentó la Ley, que lo haga conforme a Derecho, y que éste pague las consecuencias de sus supuestos ilícitos, pero no al capricho de quienes detentan el Poder Ejecutivo. 

Justicia y gracia para los amigos y aplicar la ley a secas para los enemigos, son máximas juaristas que históricamente han traído graves consecuencias negativas para el país, y el hecho de que un partido político tenga mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, no le da derecho a chantajear con la ley.

MORENA actúa como una amante resentida que amenaza con denunciar al marido con la esposa si este no le cumple sus caprichos y le advierte que lo acusará con la conyugue, de ser un inmoral al que le gusta ver videos o fotografías de mujeres encueradas, de que fuma marihuana y que le encanta verles la entrepierna a las mujeres.

El chantaje cualquiera que sea la modalidad, es decir condicionar a alguien so pena de sancionarlo o causarle daño, es un acto de baja calidad moral que en política resulta inadmisible.

El proceso de desafuero contra Alejandro Moreno comenzó en septiembre pasado, pero inexplicablemente se suspendió cuando éste aceptó votar a favor de la reforma militar que permitió al Ejército Mexicano estar en las calles hasta 2028.

Hoy MORENA, primero pospone una semana la votación en el Pleno de su moribunda Reforma Electoral, para contar con el tiempo suficiente que le permitiera reactivar el proceso contra Alejandro Moreno, algo que de antemano se veía ya más que previsible, porque si eso no es un chantaje político que alguien nos indique como debe nombrársele.

Aquí quien está quedando muy mal parada políticamente es la Sección Instructora de la propia Cámara de Diputados porque tal acción constituye una burla y una ofensa para quienes el pasado 13 de diciembre desfilaron en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), pero mientras tanto ya pusieron como límite el 15 de diciembre para pasar a la fase de alegatos.

Lo lamentable para ellos es que precisamente el 15 de diciembre termina el Periodo Ordinario de Sesiones y los asuntos quedan a cargo de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Esto confirma que en MORENA hay desesperación y mucha porque los tiempos políticos se les están viviendo encima, porque saben que en algún momento su plan B de modificar las leyes secundarias para debilitar al INE, inevitablemente chocará con lo que marca la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia electoral.