La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió una histórica resolución en materia de salud mental que fue aprobada por unanimidad en la que se destaca la eliminación del estigma y la discriminación hacia las personas que enfrentan alguna condición mental o discapacidad psicosocial y asegurar que se resalte el derecho y la necesidad de apoyo social que requieren estos pacientes.
A este respecto Juan Ramón de la Fuente, representante de México ante la ONU, destacó la importancia que tiene garantizar el acceso a la población general a los servicios de salud mental y el apoyo psicosocial incluyente y que no basta con que los países adopten tal resolución, ya que esta solo es un paso para seguir avanzando hasta que la salud mental sea parte de la cobertura universal de salud.
Subrayó que, en consecuencia, se debe asegurar el acceso a los servicios de salud con perspectiva de derechos humanos y de género, así como prestar atención a las determinantes sociales, económicas y ambientales de la salud con un enfoque preventivo y eficaces servicios de atención que tomen en cuenta las condiciones de vida de las personas.
En ese mismo sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó un informe denominado Una Nueva Agenda Para la Salud Mental en Las Américas, en el que se presenta un análisis de la situación de la salud en los países de la región, acompañado de diez recomendaciones y sus respectivos puntos de acción que ayuden a los países a dar prioridad a la salud mental con un enfoque basado en los derechos humanos y la equidad de género.
El informe aborda los profundos efectos de la Pandemia por COVID-19 en la salud mental, entre ellos las elevadas tasas de depresión y ansiedad que la población sufrió durante los tiempos más álgidos de la emergencia, así como los impactos positivos en la salud, la sociedad y la economía cuando los gobiernos y la sociedad civil invierten en la salud mental.