Una tormenta invernal de condiciones atípicas que no se habían visto en años prácticamente paralizó los principales aeropuertos de los Estados Unidos de América y está causando vientos helados que amenazan la vida de millones de personas, por lo cual muchos estadounidenses están cruzando la frontera hacia suelo mexicano para huir de las bajas temperaturas.

El fenómeno, que el Servicio Meteorológico Nacional considera como evento único en toda una generación, provocará una de las heladas más severas que se hayan visto en muchos años y en México, hay también alerta en los estados de Coahuila y Chihuahua.

Los pronósticos no son nada alentadores, porque de acuerdo a la información del meteorológico, que hoy publican los principales diarios estadounidenses, el endurecimiento de la tormenta provocará caída de nieve de hasta 30 centímetros, y más de 90 millones de personas están bajo alerta de clima invernal.

Las alertas se han extendido a 37 estados y los helados vientos están alcanzando la frontera entre Texas y México, y la sensación térmica que en estos momentos tienen los estadounidenses oscila entre los 10 y 20 grados bajo cero, lo que puede congelar a una persona tan solo en minutos si la población no toma las debidas precauciones o si la gente no se protege del frio como es debido.

Las autoridades estadounidenses temen que el mal tiempo se mantenga más allá de La Navidad, y se mantienen fuertes nevadas en las zonas montañosas de la Unión Americana, lo que provocará demoras en el tráfico en muchas ciudades especialmente aquellas del norte del país.

EN ALERTA MÁXIMA

Tan solo en Denver, Colorado, se prevé que el termómetro baje de los ocho a los 25 grados centígrados todo esto en las próximas horas, lo que ha puesto en estado de alerta máxima a los cuerpos de seguridad y hospitalarios del país de las barras y las estrellas.

En más de la mitad del territorio estadounidense hay alerta máxima, y las llanuras del viejo oeste se han cubierto de blanco y la población de más bajos recursos cubre sus cuerpos hasta con cobijas para paliar lo helado de las bajas temperaturas, lo que ha provocado un aumento atípico también de gas y electricidad.