*Estos fueron los artífices
*Desmantelamiento en total opacidad
*La tranza fue reservada por más de cinco años
Información exclusiva
Tercera y última
En tanto que en 2009, México fue reconocido internacionalmente por sus contribuciones al combate a la Pandemia por Influenza AH1N1, que al entonces secretario de Salud José Ángel Córdova Villalobos, le valieron una alta distinción del gobierno de Francia, la Legión de Honor en Grado de Caballero, en la actualidad México recibió un jalón de orejas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la desastrosa estrategia contra la Pandemia por COVID-19 que causó más de 700 mil muertes, directas e indirectas entre ellas las llamadas neumonías atípicas, de las cuales más de 500 mil se pudieron haber evitado y por el desmantelamiento de instituciones como el Sistema Nacional de Protección Social en Salud
Al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se le debe reconocer el altruismo de su política social, principalmente el apoyo bimestral de cuatro mil ochocientos pesos mexicanos a los adultos mayores de 65 años, a través de una pensión universal, que aunque insuficiente ayuda a muchas personas de avanzada edad a evitar el hambre, el abandono y la situación de calle, pero este apoyo al que los expertos en política consideran como clientelismo electoral, muchas veces no se nota porque debido a su edad, los adultos mayores gastan mucho más en medicamentos que las personas jóvenes, por las enfermedades crónicas no transmisibles, como cáncer, diabetes, hipertensión y obesidad que sufren por el inexorable paso del tiempo.
Desmantelamiento del Sistema Nacional de Protección Social en Salud
El principal artífice del desmantelamiento del Sistema Nacional de Protección Social en Salud, conocido comúnmente como Seguro Popular, fue el licenciado Enrique Peña Nieto, actualmente refugiado en España, por estar amenazado de muerte por el Cártel de Sinaloa, quien por esta razón vive en un bunker rodeado de agentes de seguridad y goza de protección de la monarquía ibérica.
“Tú te enfermas, tú lo pagas”, fue el lema que en su momento esgrimió el ahora ex presidente, pretexto que utilizó para iniciar a la callada el desmantelamiento del Seguro Popular, desmantelamiento que le tocó concluir a López Obrador, que optó por su desaparición para sustituirlo por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que resultó ser un fracaso como si ambos mandatarios se hubieran puesto de acuerdo para perjudicar a la sociedad mexicana, principalmente a la que menos tiene en cuestiones de salud y a la que más defiende el actual presidente de México.
El Sistema Nacional de Protección Social en Salud a través del Seguro Popular permitía a sus derechohabientes, recibir servicios integrales de salud, sin condiciones ni discriminación, trato digno, respetuoso y atención de calidad, recibir los medicamentos necesarios de acuerdo a las características de su enfermedad, y atención garantizada en los servicios médicos de urgencias.
También brindaba protección a Periodistas
El Sistema Nacional de Protección Social en Salud, brindaba Inclusive atención a periodistas que no tenían acceso a la seguridad social, ya que son muchos los medios de comunicación que pagan poco y además por honorarios a su personal de redacción, y al ser el periodismo una de las profesiones de más alto riesgo, los reporteros contaban con un verdadero paracaídas en casos de urgencia. Con el gobierno de la Cuarta Transformación de la República, ya nada de esto existe.
El Seguro Popular como tal no fue un hospital, sino una especie de banco que llegó a tener recursos por más de 200 mil millones de pesos, con los que el Gobierno de la República, ayudaba a financiar a la población sin seguridad social, es decir a la población abierta, la compra de medicamentos caros con los que se usan para el tratamiento del cáncer o el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o al financiamiento de intervenciones quirúrgicas de alto costo, como los trasplantes de corazón, la colocación de marcapasos o los trasplantes de médula ósea.
El Sistema Nacional de Protección Social en Salud tenía como componente operativo al Seguro Popular y su objetivo principal era brindar protección financiera a la población no derechohabiente, a través de un sistema de aseguramiento de salud pública con el que se financiaba el costo de los servicios médicos de la población que lo requiriera, en base a un Catálogo Nacional de Enfermedades que se cubría con el Fondo de Protección Contra Gastos Catastróficos y el Seguro Médico Siglo XXI que regulaban la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
Entre los funcionarios que realizaban esta función estaban Luis Alberto Pazos de la Torre como Fiduciario General, en su calidad de director general de Banobras; Carlos Hurtado López, subsecretario de egresos de la SHCP y Alejandro Chew Lemus, en su calidad de subdirector fiduciario de Administración, pero con la llegada del gobierno de la Cuarta Transformación estos fideicomisos fueron desaparecidos en total opacidad y la información que los integra fue reservada más allá de la administración del Presidente López Obrador y los funcionarios anteriormente mencionados tienen mucho que explicar a la Opinión Pública respecto al desmantelamiento de esa y otras instituciones que resquebrajaron el sistema mexicano de salud.
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